Están aprendiendo a vivir de manera autónoma y cada día se topan con nuevos retos que deben superar. La situación provocada por la crisis sanitaria supuso un nuevo obstáculo para ellos, pero lejos de achantarse, han afrontado esta etapa como una oportunidad para conocerse mejor a sí mismos y a sus compañeros. Cinco usuarios de Aexpainba y la Fundación Magdalena Moriche, que trabajan con personas con inteligencia límite y discapacidad intelectual ligera, están compartiendo confinamiento en uno de los cinco pisos tutelados que gestionan ambas entidades en Badajoz y su único contacto directo desde hace más de 45 días es con los cuidadores que los acompañan.

Dos de ellos trabajan, uno es celador y otro limpiador del centro especial de empleo de Aexpainba, y los otros tres se están formando en su centro ocupacional, pero ninguno de ellos ha vuelto a pisar la calle desde que se decretó el estado de alarma, pues ni siquiera van a la compra o a la farmacia. Al inicio del ‘encierro’ bajaron en alguna ocasión al patio del centro de Aexpainba (conectado con el piso por el garaje), pero fueron increpados por algunos vecinos, por lo que no volvieron más.

Sus obligaciones y aficiones hacían que el tiempo de convivencia fuera más reducido y han tenido que adaptarse, además de a unas exigentes medidas de higiene y prevención, a compartir espacio las 24 horas del día. «Me siento agobiado, pero estoy conociendo mejor a mis compañeros, monitores y a mí mismo, y eso me hará ser más responsable en el futuro», cuenta José María, que lo que más echa de menos es salir a pasear con sus amigos.

También Alberto cree que el tiempo que tiene para «dedicarme a mí mismo» es lo más positivo del encierro y, aunque reconoce que se siente «extraño», asegura que está «aprendiendo a valorar las pequeñas cosas y que la negatividad no me afecte».

«Estoy agobiado, pero pienso que esto tarde o temprano acabará y sé que cuando salgamos será glorioso para nosotros y podremos hacer muchas cosas», asegura Jesús. Lo mismo le ocurre a Juan José, que está deseando ver a su pareja, la persona que más echa de menos», quien confía en que «pronto saldremos de esto».

El otro Juan José de la casa, que reconoce que lo que más le ha costado es estar «encerrado», cree que todos los compañeros «lo estamos llevando bien, gracias a los profesionales y a nosotros mismos, por eso lo vamos a superar», dice.

Para el buen funcionamiento del piso todos sus inquilinos mantienen las tareas que ya tenían asignadas, pero para llenar el tiempo libre se puso en marcha a través de internet el espacio Nos vemos a las 18! Ellos son los principales encargados de darle contenido con recetas de cocina, manualidades o música, que uno de los propios usuarios compone.

Se han cambiado algunas costumbres para facilitar el confinamiento: antes no se podía fumar en la vivienda y ahora se permite en el lavadero. Pero si el ‘encierro’ lo están sobrellevando de la mejor manera es porque se han esforzado y porque se sienten «seguros y apoyados en su hogar», destaca Fernando Durán, director-gerente de Aexpainba.

En sus cabezas ya hay planes para cuando todo esto acabe: celebrar una gran fiesta, con barbacoa incluida y dar muchos besos y abrazos.