La conmemoración

Es conocido el proceso de nacimiento y desarrollo de este evento, que es una celebración identitaria, porque, por encima de otra cosa, trata de conmemorar la fundación árabe de la ciudad. A pesar de sus altibajos debe admitirse su superior carácter cultural. O, lo que es lo mismo, la mayor parte, si no todas las actividades, debieran tender a transmitir un mensaje de tolerancia y de convivencia. No convertirse en un segundo carnaval, ni en un botellón . Ni ser patrimonializada por los hosteleros, aunque ellos también tengan aquí su espacio. Pero lo cultural ha de sobresalir. Y no cualquier cosa a la que demos ese nombre. Almossasa es un instrumento formidable de difusión cultural y, ya puestos, de reivindicación de las raíces árabes de la ciudad. No de sus habitantes. ¿Cuántos sabían hace sólo unos años quién era Abd al-Rahman ibn Marwan ?

No asistí a la obra de teatro y, por lo tanto, no la juzgo. Sólo me parece conveniente señalar --sin entrar en el asunto de la calidad-- que cualquier licencia literaria es admisible, separando con nitidez la Historia de la ficción. No se nos dé gato por liebre y se llame documentarse a leer cuatro generalidades y hacer pasar por cierto lo que no lo es. Esta fiesta es una ocasión para conocer una parte de la historia de Badajoz y, por extensión, la cultura árabe. No la imaginada, sino la real. Porque tiene gracia que se hiciera disfrazarse a los marroquíes. ¡Pero si ya son árabes! No necesitan disfraz. Eso también es una falsificación. Esta fiesta debe continuar, y, de paso, repensarse; ser más ambiciosa. No quedarse en una discusión sobre lo oportuno de instalar puestos de bebidas. Y luego, cuando lo tengamos claro, hablemos de dinero. Pero no todo es dinero. Las actividades más interesantes, seguro que no me equivoco, son las más baratas.