La ubicación elegida por la Junta de Extremadura para la construcción de casi 3.000 viviendas de protección oficial, junto a la urbanización Golf Guadiana, invade el terreno reservado por el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para el nudo de conexión de la futura ronda sur con la Autovía de Extremadura, que cuenta con el informe favorable de las administraciones responsables, central y autonómica.

Este es uno de los argumentos que esgrime el informe técnico elaborado por el Ayuntamiento de Badajoz para oponerse a esta ubicación, según sacó ayer a la luz la concejala de Urbanismo, Cristina Herrera.

Al mismo tiempo, la ubicación señalada invade la propuesta de las franjas de protección de la N-V y la ronda Sur, que deberían permanecer como suelo no urbanizable y, por tanto, estos terrenos no pueden tener ningún aprovechamiento urbanístico.

LEGALIDAD La concejala quiso dejar claro que el equipo de gobierno popular no se opone a que la Junta construya viviendas a 60.000 euros en Badajoz, "pero siempre que se haga con las condiciones necesarias y la legalidad vigente".

Herrera apuntó que el Plan de Interés Regional (PIR) presentado por la Junta para la construcción de estas viviendas se acoge a la Ley de Suelo, cuya exposición de motivos, precisamente, recoge que los PIR "deben ensamblar la ordenación territorial y urbanística en un sistema único de planificación". Esta es, según la concejala, la primera razón que exponen los técnicos municipales para oponerse a la ubicación elegida para este grupo de viviendas, pues "altera el modelo territorial contemplado en la revisión del PGOU", aprobado ya inicialmente por el ayuntamiento en diciembre del 2003.

La titular de Urbanismo cree que este proyecto convertirá a Badajoz en una ciudad "difusa", cuando el objetivo del PGOU es que sea "compacta".

El informe técnico también señala que existe una dificultad de aguas residuales, así como una pendiente "importante" del terreno, desde un 7 a un 24%.

Otro aspecto negativo de la ubicación es que según la Ley de Oferta Turística Complementaria, a la que se acogió esta zona residencial, no debe superar las 35 viviendas por hectárea y en este proyecto, la densidad neta es de 70 viviendas por hectárea.

No alude el informe al trazado urbano propuesto, porque puede cambiar, pero sí a la vocación urbana de los terrenos, porque la filosofía del nuevo PGOU es dejar despejados todos los cerros, como zonas de espacios libres. Además, el plan tampoco autoriza la edificación unifamiliar aislada, por lo que no parece "razonable" autorizar una nueva urbanización.