El grupo municipal socialista aseguró ayer que el ayuntamiento tiene previsto comprar el primitivo convento de Santa Catalina, que luego fue iglesia de los jesuitas, por 800.000 euros.

Este inmueble del siglo XVI, que está situado en la plaza de Santa María --frente al Museo de la Ciudad y junto a la sede de la Concejalía de Cultura--, fue solicitado el pasado mes de abril por dos colectivos (la Asociación Amigos de Badajoz y la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz) como sede para el futuro Museo de la Semana Santa.

Según el PSOE, el pasado 29 de junio el alcalde, Miguel Celdrán, firmó un expendiente de suplemento y crédito extraordinario por importe de 12,2 millones de euros, "germen del II Plan de Impulso" que se presentó el pasado día 14 y que se llevará hoy a pleno para su aprobación. Este expediente incluye la adquisición de la iglesia de Santa Catalina por el citado importe.

COSTE DESORBITADO Recordó que una compra de este tipo "no crea empleo" y que además no se contempla ninguna partida para su rehabilitación.

El grupo socialista cree que el fin de este inmueble será convertirse en el Museo de la Semana Santa, a lo que no se opone, según señaló, pero considera que "800.000 euro es un coste desorbitado", sobre todo por el estado en el que se encuentra el edificio, que requerirá otros 600.000 euros para su rehabilitación, además del proyecto museográfico.

CON LA JUNTA En este sentido criticó que se destine ese dinero a comprar patrimonio "y se camufle dentro de un plan que busca relanzar la economía local y favorecer el empleo. Lo lógico hubiera sido incluirlos en el anexo de inversiones del próximo presupuesto".

Además, consideró que "lo sensato" sería acercar e involucrar el proyecto a otras administraciones, como la Junta de Extremadura, para que costee el 50% de la inversión.

El ayuntamiento estaba en negociaciones con los propietarios de este pequeña iglesia para complementar las instalaciones de la Concejalía de Cultura, que se trasladó al convento de Santa Catalina.

En junio del 2009, la Comisión de Urbanismo aprobó inicialmente su cambio de uso a petición de la promotora García Márquez, que quería añadir a sus uso otro comercial, hotelero y administrativo.