El arzobispado ha aplazado sine díe la construcción de la residencia para sacerdotes mayores que preveía levantar en el seminario. Así lo confirmó el vicario general, Sebastián González, quien explicó que la decisión ha sido adoptada por el propio arzobispo, Santiago García Aracil, tras sopesar factores económicos y sondear la opinión de los curas de la diócesis.

La residencia, cuyas obras deberían haber comenzado este mismo año, estaba proyectada como un edificio de nueva planta, con entre 25 y 30 plazas, y un presupuesto de unos tres millones de euros, que se financiarían con cargo al Fondo de Sustentación del Clero, que se nutre exclusivamente de las aportaciones que realizan los propios sacerdotes de sus sueldos.

Su construcción no contaba con ningún tipo de ayuda oficial ni se iban a detraer fondos de otras obligaciones de la Iglesia para levantarla.

220 ACTIVOS En la diócesis de Mérida-Badajoz hay unos 300 sacerdotes con una edad media de 62 años (unos 220 en activo y el resto jubilados) y en estos momentos no existe ninguna residencia para aquellos a quienes por su edad o situación les resulta complicado vivir de forma independiente. Para tratar de cubrir estas necesidades, una vez descartada la construcción de la residencia en el seminario, según explicó el vicario general, se intentarán readaptar los servicios de la conocida casa de los curas , dos bloques de pisos en la avenida Antonio Masa Campos donde, aunque existe un comedor común del que se encargan unas religiosas, los sacerdotes residen en pequeños apartamentos independientes.

En estos momentos, la mayoría de los curas viven solos, mientras que los de edades más avanzadas deben ingresar en centros como la residencia de las Hermanitas de los Pobres.

Para construir la residencia sacerdotal, el arzobispado solicitó al ayuntamiento que se ampliara el uso educativo del seminario a asistencial y de bienestar social. Hace solo unas semanas, el pleno municipal dio el visto bueno al estudio de detalle para este proyecto, que finalmente queda paralizado sin fecha.

CASA DE LA IGLESIA Por otro lado, Sebastián González informó de que la antigua Casa de la Iglesia, en la calle Ramón Albarrán, continúa a la venta. Tras la construcción en el seminario de la nueva, a la que se trasladaron todos las delegaciones diocesanas, el edificio del Casco Antiguo quedó vacío. El vicario general señaló que hasta hace unos meses ha estado alquilado, pero que en estos momentos está cerrado a la espera de que surja un nuevo arrendatario o un comprador que pueda hacer frente a los "dos millones de euros negociables" en los que se ha tasado el inmueble.

González reconoció igualmente que es consciente de que en estos momentos resulta "muy complicado" vender un edificio de estas características, pero confió en que las perspectivas mejoren en el futuro. Con el dinero de la venta estaba previsto financiar la nueva Casa de la Iglesia San Juan de Ribera, cuya inversión el arzobispado está afrontando ahora "haciendo muchos números", apuntó finalmente el vicario general.