No hay día en que el parque de la Viña no amanezca con un nuevo desperfecto. "El parque no es que esté destrozado, está vandalizado, merece la máxima expresión", según lo describe el jefe del servicio de Parques y Jardines en el Ayuntamiento de Badajoz, Francisco Ramírez de la Merced, quien afirma que a pesar de estar "acostumbrado" a comprobar los efectos del vandalismo, no ha sido capaz de asimilar lo que ocurre en este lugar que es "con muchísima diferencia" el que más daños sufre de todos los espacios libres de la ciudad "y es que yo nunca había visto que corten las farolas y se las lleven", apunta. El jefe de servicio cuenta que el segundo parque que más vandalismo soporta es el de Suerte de Saavedra y los daños no llegan al 10% de los que sufre el de La Viña.

Este parque, que ocupa 7.500 metros cuadrados entre La Uva, el Gurugú y el Progreso, se inauguró en enero del 2006, hace justo tres años, pero prácticamente pocos meses después ya clamaba arreglos urgentes. La inversión inicial fue de 600.000 euros y, según Ramírez de la Merced, los daños se pueden valorar en 300.000 euros. Este trabajador asegura que este lugar ya se ha sometido a varias reparaciones por parte de Parques y Jardines y también la Inmobiliaria Municipal, que promovió allí un grupo de pisos, invirtió 30.000 euros en un arreglo general.

INSUFICIENTE Ahora el ayuntamiento ha destinado 120.000 euros del Fondo Estatal de Inversión Local que, según el jefe de servicio, no serán suficientes para reponer todos los daños. Lo primero que se va a hacer es reponer la albañilería, el alumbrado y después los árboles que han roto (que son el 80%), una limpieza general de la zona y se intentará arreglar el riego.

Una visita rápida no deja lugar a dudas. Hay farolas cortadas y de algunas se han llevado la mitad, los focos tienen los cristales rotos, hay aceras levantadas, grafitis, la mampostería se tiene que reponer, así como prácticamente toda la jardinería porque se puede salvar poco, incluso se han quemado olivos centenarios. Han robado todo el tendido eléctrico.

Los juegos que eran antivandálicos están destrozados y hasta han sido quemados y el mobiliario se lo han llevado, así como las baldosas y los escalones. La falta de respeto llega a tal punto que se hacen carreras con los quads por las pendientes de césped y arrancan el riego automático.

El concejal de Medio Ambiente, Antonio Avila, se muestra pesimista a la vez que resignado porque reconoce que la solución sería poner vigilancia durante 24 horas "y eso es imposible, porque costaría un dineral". Rechaza con rotundidad que la culpa de esta situación la tenga el ayuntamiento, pero no sabe qué medidas se pueden adoptar porque otros parques de la ciudad no sufren este deterioro. "La vigilancia es la que hay y no podemos poner allí francotiradores durante las 24 horas del día o comprar robots", señala Avila. Para el concejal es tan sencillo como que se respete el mobiliario urbano y que la Policía Local que patrulla por toda la ciudad denuncie a los autores de los destrozos.