La cooperativa Explum acaba de cerrar la compra de las instalaciones de la antigua Sociedad Cooperativa Frutos Caval, de Valdelacalzada, por 1,17 millones de euros, culminando así la liquidación del único activo que quedaba tras el proceso de concurso de acreedores que se declaró en octubre de 2011, según ha confirmado Pedro Antonio Pérez, abogado responsable del área mercantil y concursal del bufete Moreana, que la llevado el procedimiento concursal.

Pérez ha manifestado que este proceso "ha sido uno de los de mayor envergadura de los desarrollados en Extremadura, tanto por el volumen de fruta que comercializaba como de negocio, la cuantía de la deuda y el impacto social que provocó", pues supuso el fin de la cooperativa y un ERE extintivo para más de 80 trabajos, que pudieron cobrar por orden de la juez del concurso de acreedores y el Fogasa, ha señalado el abogado.

La Cooperativa Caval se vio obligada a acogerse a la Ley Concursal "por la despatrimonialización que había sufrido como consecuencia de la administración negligente de los anteriores gerentes, algunos de los cuales fueron condenados posteriormente por delitos de falsedad, apropiación indebida y administración desleal, generando un pasivo de 18 millones de euros", ha explicado Pérez.

Ello supuso que se creara un pool bancario que asumió la refinanciación de la deuda, y será a ellos a los que se destinará "íntegramente a pagar los créditos hipotecarios titulados por el pool bancario que financió a la cooperativa en un intento de sacarla a flote", lo que no se logró.

La entidad compradora, la Cooperativa Explum es también de la Valdelacalzada, formado por antiguos socios de Caval que decidieron reorganizarse como Cooperativa Explum, y que han estado utilizando las instalaciones hasta ahora como arrendatarios y a partir de ahora lo harán como propietarios.

Cabe recordar que por la quiebra de Caval fueron condenados por la Audiencia de Badajoz, en enero de 2017, a Manuel García, exgerente de Caval a 23 años de prisión, en sentencia ratificada por el Supremo, y que salió en octubre de 2017 para cuidar a una nieta, así como a los otros dos acusados, Manuel Corrales y su esposa Carmen Texeira a 4 y 3 años, respectivamente.