"El guardia civil no deja de serlo, aunque se retire; lo es toda su vida". De esta afirmación que hizo ayer el general jefe de Guardia Civil en Extremadura, Francisco Arribas, durante su intervención en el acto con motivo de la festividad de la Virgen del Pilar, es buen ejemplo la historia de José Méndez Macarro, que a sus 98 años recibió un reconocimiento por ser el guardia civil más veterano de la región.

"Me he emocionado mucho, mucho, porque creía que no lo merecía", confesaba con los ojos llenos de lágrimas. José nació en Barcarrota el 20 de febrero de 1913 --el mismo año que el Rey Alfonso XIII estableció el patronazgo de la Virgen del Pilar-- y tras la guerra civil ingresó en la Benemérita. Su primer destino fue Cabeza la Vaca. Después ejerció en Salvaleón y Alconchel. El retiro le llegó en el puesto de San Roque, en Badajoz, que ya no existe. El también piensa que un guardia civil lo es siempre aunque, como en su caso, haga años que colgó el uniforme.

Sus primeros años en la Guardia Civil no fueron fáciles. "Han cambiado mucho los tiempos", dice. Su hijo José --que le ayuda a explicarse porque tiene dificultad para oír-- recuerda cuando su padre pasaba hasta ocho días fuera de casa de servicio por los campos, cuando no había horarios y cuando sin apenas medios tenían que realizar su trabajo nevase o se superaran los 40 grados.

José Méndez tiene dos hijos, seis nietos y cinco biznietos. Ninguno ha seguido de momento sus pasos, pero él sigue contándoles "batallitas" de sus años en la Guardia Civil. Ayer José volvió a sentir con este homenaje que sigue formando parte de la familia de la Benemérita.

En el acto celebrado ayer en la plaza de Santo Domingo también se distinguió a otros miembros del cuerpo y de diferentes instituciones por su colaboración con la Guardia Civil, entre ellos el exjefe de la base aérea, el coronel Domingo Porras, y el fiscal de Tráfico, Diego Yebra. Asimismo, hubo palabras de recuerdo para los 10 guardias civiles que han perdido este año la vida en acto de servicio, uno de ellos Bartolomé Delgado, con destino en el destacamento de Tráfico de Trujillo.

El general Arribas, en su discurso, destacó que Extremadura sigue siendo una de las comunidades españolas con la tasa más baja de delincuencia, a pesar de que cada vez son mayores las dificultades con las que se encuentra la Guardia Civil: por una lado, que los delincuentes se aprovechan de los avances tecnológicos y de infraestructuras y, por otro, un sistema legal "tremendamente garantista" que exige un esfuerzo especial para investigar y probar su culpabilidad.

El responsable de la Guardia Civil en la región citó como ejemplos del buen hacer del cuerpo el descenso del número de muertos en las carreteras extremeñas, 49 en lo que va de año, lo que supone 13 menos que en las mismas fechas del año pasado. Asimismo, se refirió al esclarecimiento de los homicidios que en los primeros meses del 2011 sobresaltaron a la sociedad extremeña o a la operación con la que se consiguió detener a cinco peligrosos delincuentes que atracaban bancos en las cercanía de la localidad de Casatejada tras un tiroteo.

Arribas señaló que esa debe ser la línea a seguir por los hombres y mujeres que integran la Guardia Civil, con los que espera que la ciudadanía siga colaborando.

La delegada del Gobierno, Carmen Pereira, quiso agradecer la "profesionalidad, compromiso y rigor" de los 3.000 guardias civiles repartidos por los 163 acuartelamientos de la región. Pereira señaló que a este esfuerzo se ha respondido incrementando el número de agentes en la región en 461 desde el 2004 e invirtiendo 11 millones de euros en los cuarteles.

En el desfile, al que asistieron entre otras autoridades el alcalde, Miguel Celdrán, el consejero de Administración Pública, Pedro Tomás Nevado, los portavoces de PP y PSOE en la Asamblea, Luis Alfonso Hernández Carrón y Valentín García, respectivamente, así como miembros de la corporación municipal y el expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, participaron una representación de todas las especialidades de la Guardia Civil, que festejaron su día entre los aplausos del público.