Estamos viendo estos días en muchos medios de comunicación una intensa campaña a favor el Corredor Mediterráneo. Es el «remate» final de un amplio programa de actividades promovido por la Asociación Valenciana de Empresarios (por casualidad AVE desde 1982) que ha estado trabajando durante todo el año en los medios y en múltiples localidades del Mediterráneo sensibilizando a la población y consiguiendo apoyos. Ha culminado con un multitudinario acto empresarial en Barcelona en el que más de 1.500 personas del mundo empresarial, profesional y político han apoyado el Corredor Mediterráneo. El Ministro de Fomento, José Luis Ábalos, se ha comprometido que en el 2021 estará conectada Algeciras con la Junquera, aunque no estén terminadas las obras definitivas. El pasado año el programa fue similar y culminó en Madrid con la presencia de Íñigo de la Serna, y con sus compromisos de apoyo. En la campaña apenas se habla del tren Valencia o de Cataluña, sino del Corredor Mediterráneo, que es un concepto mucho más complejo que un tren, intentando involucrar en la reclamación al resto de comunidades afectadas, y a toda España, así como a un amplio abanico de entidades privadas y públicas, identificándolas con el slogan Yo #quierocorredor.

Ante esta campaña y movilización no siento más que sana envidia y admiración. He escuchado voces reclamando a los políticos extremeños que contestar con otra campaña similar, como si aquella la hubiesen impulsado y pagado los políticos valencianos. Es evidente que hay múltiples diferencias entre la zona mediterránea y el sudoeste, que el tamaño y la densidad empresarial es incomparable, pero nunca podremos ponernos de acuerdo sobre qué es antes si el huevo a la gallina. Hay que romper este círculo vicioso de la pobreza y la resignación. Hay que empezar, y ya se ha empezado. Más de treinta empresas de la región han asumido este reto en la plataforma Extremadura en Red. Son pocos, de momento. Hay que conseguir que se sumen más. Algunos seguirán esperando que otros lo hagan y echando la culpa a los demás. Pero el tren no espera, o nos subimos ahora o lo podemos perder, y las diferencias regionales se incrementarán. Felicito y agradezco a los que no se resignan y asumen la responsabilidad. Aquí en Extremadura y en el Mediterráneo. Las cosas no vienen solas, ni a ellos ni a nosotros. Yo También #CorredorSudoesteIbérico.