El casco antiguo en horario laboral puede resultar un auténtico laberinto para el conductor que circula con rumbo fijo, que en ocasiones llega a dar vueltas sobre si mismo cuando en su camino sólo encuentra vallas o vehículos en medio de una vía, que impiden el acceso por la presencia de una obra en la propia calzada o algún edificio.

Las obras de renovación de la red de agua en la parte histórica que está acometiendo la empresa Aqualia, la de gasificación de esta zona de la ciudad y las de construcción y rehabilitación de edificios ubicados en vías normalmente estrechas, complican a diario el tráfico de coches y el deambular de los propios habitantes de la zona.

Entre las doce y la una del mediodía de ayer, EL PERIODICO comprobó cómo al menos una docena de tramos de vías muy transitadas estaban cortadas al tráfico, una cifra que puede sobrepasar la veintena algunos días, dependiendo de la fase en que se encuentre una obra o si ocurre una avería inesperada.

CORTES Tres tramos de la céntrica calle Arcoagüero estaban cortados con vallas que impedían el paso por las obras de Aqualia. También la vía peatonal de Cristóbal Oudriz está cerrada por la construcción de un bloque de pisos. En la calle Benegas, una furgoneta impedía el tráfico a la altura de otra vivienda en obras. En Suárez Somontes, más abajo del lugar donde durante meses los vecinos han soportado un enorme socavón, una cisterna con operarios de Aqualia sacaba lodo de una alcantarilla, lo que impedía circular por Martín Cansado. y el tramo en dirección a Ronda del Pilar estaba cortado. La calle Doblados sufre numerosos cortes cuando se inunda un sótano y la construcción de otro bloque de viviendas en Eugenio Hermoso también corta el tráfico en ocasiones. Más arriba, en dirección a la plaza Alta, la Vía Rápida está cerrada desde hace dos días por las obras que realiza Joca en el subsuelo para enterrar el cableado. Dos tramos de la calle Gabriel eran intransitables por las obras en la red de agua y en San Gabriel, los andamios de un pintor rematando una fachada impedían el paso. En las calles Madre de Dios y San Sisenando, otras dos obras en viviendas de nueva planta provocan continuos cortes.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, Pedro Alfaro, se hacía eco ayer, en declaraciones a EL PERIODICO, del malestar del vecindario, aun siendo consciente de que todas estas obras sólo reportarán beneficios al barrio. Sin embargo Alfaro apuntó que, en primer lugar, en la construcción de nuevas viviendas, hay "algunos" promotores o constructores que "por su cuenta y riesgo" colocan vallas impidiendo el paso sin dejar opción a quien tiene que pasar por la vía afectada. El presidente de la asociación añadió que existen obras muy controladas por la policía local, como es el caso de la sede de la Económica en San Juan, pero en algunas ocasiones la propia policía corta y no ofrece alternativas al conductor.

En relación a las obras de Agualia y de canalización del gas natural, también es consciente de la importancia de estos dos servicios, si bien el presidente del colectivo vecinal apuntaba que los plazos se están alargando y la sensación de los vecinos es que las obras están durando más de lo necesario. Además, Alfaro se quejaba de que no están conformes con el "remate final" de muchas de estas obras en las aceras y de que se mantengan tan estrechas.

Según Pedro Alfaro, los problemas con las obras en el casco antiguo se han acentuado a partir del mes de noviembre pasado.