El crematorio que Funerarios Reunidos de Badajoz (Fureba) puso en marcha en diciembre del 2003 ha atendido al 8% de los fallecidos de la ciudad desde que abrió sus puertas, realizando más de 70 incineraciones, según señaló uno de los gerentes de esta empresa, Antonio Correa, a EL PERIODICO. Fureba está formada por tres funerarias pacenses: La Paz, Correa y La Nueva. El gerente afirmó que además en el crematorio "se han practicado incineraciones de personas de otras localidades de la provincia".

Correa calificó este dato como "positivo" para una ciudad como Badajoz, ya que aseguró que la media española está en el 20%. Y señaló que la demanda de este servicio irá en aumento, ya que manifestó que los ciudadanos pacenses "no son distintos a los de otras ciudades respecto a la práctica de la cultura de la cremación". Y puso el ejemplo de Mérida, donde se atiende al 25% de los fallecidos o Sevilla que tiene un porcentaje del 50%.

El gerente se mostró "sorprendido" con algunos ciudadanos, ya que asegura que aún "son muchos los pacenses que desconocen que Badajoz cuenta con un servicio de cremación, a pesar de las masiva publicidad que se ha difundido".

COLUMBARIOS El crematorio se encuentra junto al cementerio nuevo Virgen de la Soledad. Se trata del primero que se ha construido en la capital pacense. Antes, los ciudadanos que querían hacer uso de este servicio tenían que trasladarse a Mérida o Don Benito, o incluso a Cáceres o Villanueva. Las instalaciones tienen unos 400 metros cuadrados útiles, y cuenta con un hold, un jardín, dos salas de espera, una habitación donde se encuentra el horno, y una capilla.

Correa señaló que una vez terminado el proceso las cenizas se depositan en una urna y los familiares pueden optar a dejarlas en los columbarios del crematorio, en algún nicho del cementerio o llevárselas para esparcirlas en algún lugar. Esta última es la opción más elegida, Correa dijo que son pocas las familias que utilizan los columbarios.

La práctica de la cremación supone menos gastos que el enterramiento. El coste de las incineraciones es de unos 340 euros más el IVA y sin urna --que vale unos 21 euros--. Al tratarse de una cesión del ayuntamiento, los responsables del crematorio tuvieron que adapatarse al precio que el consistorio fijó.

El nuevo crematorio además cuenta con otro servicio. Los ciudadanos que quieran incinerar los restos de sus familiares que llevan un tiempo fallecidos lo podrán hacer con previa autorización del ayuntamiento donde se encuentren los restos. En este caso, el precio de la incineración será más barato, de unos 200 euros.

Correa manifestó que Fureba está ofreciendo un servicio importante a la ciudad y que lo intentan realizar con la "mayor discreción y delicadeza posible, cuidando al máximo todos los detalles".