¿Crisis? ¿Quién dijo crisis? En el equipo que gobierna en el Ayuntamiento de Badajoz no se han dado por enterados, públicamente, claro. Habría que haberlos visto de puertas para adentro. Yo, desde luego, no he oído ni visto nada, pero en la oposición municipal se están frotando las manos.

La consigna ha sido silencio y aparente normalidad: aquí no ha pasado nada. Resulta que un concejal del equipo de gobierno del PP en Badajoz y que acompaña a Celdrán en todas las inauguraciones, prefiere que sea el alcalde de Mérida, Pedro Acedo, el que vaya al Senado, en lugar del alcalde badajocense.

Pero el muy valiente se ampara en el voto secreto para que su hazaña --porque lo es-- no se conozca. Entre ellos saben muy bien quién ha sido, y ya le habrán pedido las explicaciones oportunas, cuando no se está fraguando el correspondiente castigo. Pero ahí sale tan tranquilo Carlos Floriano, presidente regional del PP y dice, con el sosiego que lo caracteriza, que no es tan extraño que el miembro de un equipo vote al jefe de otro equipo, porque, según Floriano, una cosa es el ayuntamiento y otra distinta, el partido. Que se lo digan a Acedo, que quería ser diputado nacional pero el partido no le ha dejado porque tiene otras obligaciones municipales. De normalidad, nada.