Mientras todos los informativos nacionales abrían ayer con el traslado de los restos de Franco en un día calificado como histórico, en el Ayuntamiento de Badajoz el único concejal de Vox, Alejandro Vélez, consiguió el protagonismo que pretendía crispando el ambiente del pleno ordinario en el que incluyó una moción para condenar y reprobar al PSOE «su historia criminal». Tanto el grupo socialista como Unidas Podemos habían pedido que se pospusiese y recriminaron al PP y a Cs que no lo hicieran. Antes de iniciar su debate, ya el alcalde, Francisco Javier Fragoso, reconoció que le iba a costar regularlo y pidió a los grupos que lo ayudasen, así como anunció que «en el ámbito de mis competencias, será la última moción de este tipo salvo que me obliguen por imperativo legal». Además hizo un llamamiento a la concordia de la que hicieron gala las anteriores generaciones con la Transición.

De «infamia» calificó el contenido de la moción el portavoz socialista, Ricardo Cabezas, quien acusó al PP y Cs de mantener posturas «un poco tibias» al tratar de impedir que en el pleno no se hable de memoria democrática. Como también reprochó a Vélez que pretenda dar lecciones cuando tiene una condena por agredir a un vecino y ha concurrido a otras elecciones en representación de un partido neonazi. En la misma línea, Erika Cadenas, de Unidas Podemos, expuso que «no vale todo» y que no se puede poner la defensa de la memoria democrática y la «dignidad de las víctimas» al mismo nivel que «un texto revisionista lleno de odio». Porque «el fascismo no se debate, el fascismo se combate», recalcó. Defendió igualmente que la gente de Vox no sería ningún problema sin el PP y Cs, que han conseguido que salga de donde estaba «escondida». El portavoz de Cs, Ignacio Gragera, insistió en que no tienen capacidad para que la moción no fuese a pleno. Respecto a su contenido, dijo que como «sucedió hace 80 años, con nosotros que no se cuente». Su grupo votó en contra, mientras que el PP se abstuvo y ni siquiera participó en el debate. Eso sí, Fragoso contestó a Cabezas que de él no iba a admitir lecciones de libertad o democracia, «ni una».