El equipo de asistencia sanitaria de Cruz Roja que ha trabajado en el recinto de Caya atendió durante los nueve días de feria a unas 180 personas, casi la mitad que en la feria del año anterior, en la que se prestó asistencia a 300, según el balance provisional realizado por esta entidad.

La mayoría de las incidencias no revistieron importancia, ya que se trató de contusiones, rozaduras y cortes por calzado inadecuado, y pequeñas heridas por conatos de peleas. Intoxicaciones etílicas se atendieron 18 durante toda la feria, algunas de las cuáles fueron derivadas al Hospital Infanta Cristina.

El responsable de Comunicación de Cruz Roja, Jesús López Santana destacó ayer "que los pacenses han sabido comportarse y han sido medianamente más prudentes con el coche". También advirtió que este año no ha habido lesiones importantes por actos violentos, "han sido contusiones muy leves, ni siquiera nos han llegado fracturas de los huesos propios de la nariz, que son los primeros que se rompen en cualquier pelea".

Cruz Roja también prestó asistencia a algunos trabajadores de la feria, que se hirieron realizando sus trabajos. A un feriante hubo que darle ocho puntos de sutura porque se cortó una mano. En la última noche de feria se atendieron a 30 personas.