Una cuadrilla compuesta por cinco trabajadores (un oficial de primera, un ayudante y tres peones) estará pendiente «día a día» de la situación de las fortificaciones y monumentos de Badajoz, bajo la supervisión de un arqueólogo y siguiendo las pautas de la Concejalía de Mantenimiento de Patrimonio Histórico, para poder actuar de manera inmediata realizando pequeñas reparaciones, eliminar manchas o pintadas, reparar daños de actos vandálicos o fortuitos, limpiar la basura o quitar la vegetación.

El Ayuntamiento de Badajoz sacó ayer a licitación el contrato de mantenimiento y conservación de las fortificaciones de la ciudad, que anunció en marzo, con un presupuesto base de 445.499 euros, una partida que sale del sobrante del Proyecto Baluartes. El concejal de Turismo y Mantenimiento del Patrimonio Histórico, Jaime Mejías, confía en que pueda estar adjudicado a mediados o finales de enero. Siendo así, quizá el próximo verano se puedan evitar los incendios de las laderas de la Alcazaba y del Fuerte de San Cristóbal porque estén limpias de vegetación.

El contrato será por dos años e incluye realizar de forma periódica la inspección y revisión general del conjunto de las fortificaciones, su limpieza, así como de las señalizaciones, la retirada de plantas y elementos vegetales, la siega y desbroce con maquinaria y tratamiento herbicida, el mantenimiento de taludes ajardinados y la pintura y limpieza de las carpinterías metálicas y de madera, así como las estructuras de soporte de los elementos museográficos. Para poder detectar cualquier incidencia que pueda afectar al mantenimiento y conservación, se realizará una inspección y revisión detallada de todos los elementos que las componen con una periodicidad máxima semanal, excepto en las torres vigías, que será mensual. También se revisarán los elementos de control, como puertas, cerraduras, sistemas de cierre y señalizaciones.

todos los elementos / La limpieza abarca todos los elementos constructivos, desde los espacios arqueológicos de acceso restringido a adarves y garitas o galerías. La siega y desbroce con maquinaria y tratamiento herbicida se realizará en las laderas de la Alcazaba, el espacio entre el baluarte de San José y el semibaluarte de Palmas y el Fuerte de San Cristóbal, donde se habilitarán un ancho mínimo de 5 metros contra incendios en la valla exterior del recinto. Estos trabajos se realizarán con la frecuencia necesaria para que la altura de la vegetación no sobrepase 8 o 10 centímetros.

Quien se haga con el contrato también realizará otros trabajos sin programación determinada y según las necesidades detectadas, como pequeñas reparaciones, actuaciones necesarias para evitar todo tipo de riesgos, quitar manchas y pintadas y tratamientos preventivos anti-pintadas.

Según recoge el pliego de condiciones, el ayuntamiento designará una dirección facultativa que será responsable de dirigir y coordinar las tareas, a quien el adjudicatario entregará un informe mensual con los trabajos realizados, que deberán acometerse con medios y técnicas correctas para el tratamiento de las fortificaciones, sin que afecten a los acabados y terminaciones de los materiales y con el visto bueno de los servicios arqueológicos del contratista. Estos servicios especializados en arqueológica no solo instruirán a su personal sobre cómo realizar su labor, sino que la supervisará y elaborará la documentación necesaria para recabar los permisos que se requieran. Además, quienes integran la cuadrilla deben ser trabajadores con una formación multidisciplinar, es decir, preparados para acometer cualquier tipo de trabajo que se exige en el pliego.

Mejías destacó que este contrato significa «un paso adelante tremendo para la ciudad». Adujo que los trabajadores de los servicios de Limpieza no pueden realizar estas tareas porque no están capacitados técnicamente y aclaró que la empresa contratada deberá estar homologada por Patrimonio.