Era la primera vez que este arquitecto natural de Oliva de la Frontera (Badajoz) acudía al concurso de Badajoz, aunque ya se presentó hace una semana al celebrado en Fuente de Cantos, donde se llevó el segundo premio. Se instaló en una esquina de la calle San Juan, un rincón que eligió por varias razones: "porque tiene una perspectiva muy forzada, porque está protegido del sol y eso es muy importante para pasar tantas horas y porque la luz es más uniforme y no cambiará mucho a lo largo del día". Reconoció que no es fácil para un pintor que el tiempo esté marcado de forma tan estricta, pero se mostró disciplinado: "Se trata de obligarse uno mismo e irse marcando a lo largo del proceso pequeñas metas para ir terminándolas". Desde fuera puede parecer agotador, "pero cuando uno está disfrutando tanto con lo que hace no se agota, se agota cuando termina".