Uas 40 personas con obesidad mórbida integran la lista de espera de cirugía bariátrica en el hospital Infanta Cristina, donde se realiza la mayoría de estas intervenciones. El subdirector de Atención Especializada del SES, Juan Carlos Bureo, destacó que el año pasado hicieron en Extremadura 21 reducciones de estómago, 20 en el Infanta y 1 en Plasencia, sin ningún fallecimiento, aunque sí murió una persona operada el año anterior y otras dos en años anteriores.

En el hospital de Cáceres se suspendieron estas intervenciones tras el fallecimiento de dos pacientes hace tres años. Bureo explicó que esta cirugía es en sí algo más complicada, pues requiere abrir un campo quirúrgico mucho mayor, con lo que se incrementan las complicaciones postoperatorias. Por ello no se hacen por estética, sino para evitar enfermedades asociadas como diabetes, hipertensión o problemas respiratorios.

Los centros que practican las intervenciones necesitan medios especiales, como camillas o mesas de quirófano que soporten a veces más de 200 kilos, además de servicios de cirugía y anestesia especialmente preparados.

HOSPITALES CAPACITADOS La idea del SES es que los hospitales de Cáceres y Mérida, capacitados ambos técnicamente, practiquen en los próximos años cirugía de la obesidad, aunque no sería operativo extenderla a todos los hospitales.

Bureo recordó que la obesidad mórbida afecta especialmente a las mujeres, 0,7% frente al 0,3% de hombres, y explicó que, según los criterios de las sociedades de Cirugía y Estudio de la Obesidad, se considera obesidad mórbida cuando el peso supera los 40 kilos por metro.

Además, existe la categoría de super obesidad mórbida, cuando la masa corporal supera los 50 kilos, pacientes que superan los 160 kilos y llegan a los 200.

PROTOCOLO ESTRICTO Por otra parte, Bureo destacó el protocolo tan estricto que los pacientes deben seguir para que se vea la posibilidad de ser sometidos a cirugía bariátrica en los hospitales públicos, ya que se tienen en cuenta muchos criterios como la edad, estado físico y psicológico, además de aceptar un compromiso de adhesión a las normas de seguimiento tras la cirugía.

En ese sentido, el responsable del SES indicó que estos pacientes, que antes de someterse a la operación deben intentar perder peso mediante una dieta puesta por el médico, tienen también tras la intervención quirúrgica que seguir las normas alimentarias impuestas por los endocrinólogos.