Entre 80.000 y 90.000 personas. Es el cálculo estimado por la Policía Local de Badajoz y que manejó ayer la concejala de Cultura, Paloma Morcillo, sobre la afluencia de público al Casco Antiguo para participar y disfrutar de las actividades que ofrecía la cuarta edición de La Noche en Blanco, entre las 21.30 horas y las 4 de la madrugada.

El recuento fue similar al de la edición anterior, aunque la impresión entre quienes concurrieron a esta convocatoria era que hubo más gente que otros años pero más dispersa, sin tantas aglomeraciones. "Las calles estaban más despejadas porque había muchas más actividades", concluyó la concejala, quien señaló que tal vez por la decisión de ampliar una hora más el programa, el público se tomó la noche de forma más relajada, pues disponía de más tiempo. Lo cierto es que la presencia de personas en todos los rincones del centro histórico de la ciudad fue intensa y no empezó a aflojar hasta pasadas las 3.30 de la madrugada. Entre los asistentes había gran cantidad de familias con niños.

En la inauguración, la plaza de España estaba completamente llena, tanto o más que la noche del pregón del Carnaval. Las estimaciones son que por este punto pasaron de 8.000 a 10.000 personas a lo largo de la noche. Las colas ante la catedral fueron permanentes. Más de 5.000 personas pasaron por la plaza de Santa María y entre 7.000 y 8.000 por la plaza Alta. Los hosteleros "estaban contentos y después de cuatro ediciones ya estaban preparados para el volumen de personas que se pueden mover", señaló Morcillo, quien además aseguró que la noche transcurrió sin ningún incidente "y con absoluta normalidad", pues a pesar de la cantidad de gente que había en la calle "no pasó nada". Sí que se produjeron algunos atascos en las vías más estrechas, pero sin mayores dificultades.

El edificio de las Tres Campanas fue el más visitado. Entraron 6.672 personas, mientras que La Giralda, donde se permitía subir a las plantas superiores, recibió un millar de visitantes (el recorrido era más lento por las escaleras). La iglesia de Santa Catalina, abierta por primera vez al público, tuvo 5.773 visitantes y más de 4.000 el Museo de la Ciudad.

Por el planetario de la Concejalía de Cultura pasaron más de 1.100 personas; 1.846 por el Conservatorio Superior de Música; 830 el Profesional; 929 el Museo de Bellas Artes; 1.878 la diputación y 1.100 visitantes entraron en la catedral. 1.500 subieron a Puerta Palmas, así como 1.196 a la Torre de Espantaperros y 2.808 en las Casas Consistoriales. También en la torre de Caja Badajoz se formaron largas colas antes incluso de inauguración. El Palacio de Congresos, que se incorporó por primera vez, se llenó durante el concierto de la Orquesta de Extremadura.

Por la plaza de San Atón pasaron 4.000 personas, muchos de ellos niños. Las sillas colocadas no se desocuparon en ningún momento. Una de las novedades con más demanda fue el taller de pintar con luz, que consistía en elaborar plantillas de colores que luego se proyectaban en la fachada del Hospital Provincial y que, curiosamente, atrajo a muchos niños, aunque era para todas las edades. En el taller de jabón contaban con 25 kilos de material y se terminó antes de tiempo, así como se estamparon más de 300 camisetas y se repartieron 400 colgantes.