Cuatro encapuchados atracaron sobre las 13.15 horas de ayer la joyería Castellano de la avenida de Santa Marina, donde en ese momento solo se encontraban la dueña y una empleada, a quienes amenazaron con cuchillos de cocina de grandes dimensiones. Los atracadores llegaron en dos motos y mientras dos de ellos, con los rostros cubiertos por pasamontañas y cascos, accedieron al local de forma precipitada y gritando ¡esto es un atraco!, los otros dos permanecieron en la puerta con los vehículos en marcha.

La propietaria del establecimiento relató que saltaron por encima del mostrador y que ella y la empleada se refugiaron en la parte de atrás de establecimiento, desde donde escucharon ruidos. El atraco duró apenas unos minutos, pero para las víctimas fue "una eternidad". Ninguna de las dos resultó herida, aunque se llevaron un gran susto y estaban muy nerviosas.

Los ladrones se llevaron gargantillas, pendientes, pulseras y las mantas con "todo el género de plata". "Estamos viendo si falta algo más", señaló la propietaria, aún visiblemente afectada por lo ocurrido. Aunque todavía no habían hecho una valoración económica de lo sustraído, se estima que el botín fue cuantioso.

Al ver entrar corriendo a los atracadores, la responsable del negocio tuvo tiempo de llamar a la policía desde su móvil, mientras la empleada pulsaba la alarma. Cuando los agentes llegaron, los ladrones ya había huido a toda velocidad. Testigos de los hechos --algunos de ellos fotografiaron y grabaron en vídeo la huída-- explicaron que se marcharon en dirección a la autopista, aunque fuentes de la Delegación del Gobierno no confirmaron este extremo. La Policía Nacional puso en aviso a la local y a la Guardia Civil ante la posibilidad de que los ladrones abandonaran la ciudad.

Al cierre de esta edición, la investigación continuaba abierta y no se había producido ninguna detención en relación a estos hechos. Esta misma joyería ya sufrió otro atraco en noviembre del 2011. Entonces, una mujer simuló una bomba con un mando de televisión para amenazar a las dependientas y a los clientes que se encontraban en el establecimiento y sustraer varias pulseras y collares de gran valor.