Si Dakipakasa fuese un fruto, en lugar de una murga, la semilla, de la que habría nacido el árbol que lo produce, sería un coro. Corría el año 1988 cuando se formaba el coro Los Belloteros, integrado por un vecindario casi entero. Y ahí ya estaban algunas de las que serían figuras principales de Dakipakasa. Unos cuantos formarían, además, parte de Las Meninas (primera murga femenina del carnaval de Badajoz). Y ya más tarde, en Taways, una murga de jóvenes enamorados del carnaval que nacía en 1998, se incorporarían otros de los que serían luego miembros fundadores de Dakipakasa.

El núcleo duro de la murga Dakipakasa viene, pues, de la murga Taways. La decisión de crear una nueva murga se toma, entre otras cosas, por la voluntad, que tenía una parte importante del grupo, de hacer cosas distintas, de utilizar más músicas originales, de dotar a las actuaciones de una mayor teatralidad, de trabajar más las caracterizaciones y de cantar más a Badajoz. Y así se presenta Dakipakasa, cantando con gran afinación, utilizando el lenguaje no verbal para complementar lo cantado, con multitud de ritmos y variedad de melodías, y aportando una visión crítica, distinta, de la actualidad y del Carnaval.

El nombre de la murga surge, como tantos otros hallazgos y descubrimientos en la vida, por casualidad. Después de una reunión, los componentes del grupo se van a tomar una copa al bar murguero por antonomasia, a 'La Buhardilla', y, una vez allí, algunos de los miembros del grupo dicen "yo ya me voy de aquí para casa". De aquel repetido "de aquí para casa" surge el chispazo y la idea de llamar a la murga Dakipakasa.

Trayectoria

Dakipakasa comienza a participar en el concurso de murgas del Carnaval de Badajoz en 2004, e inicia su carrera carnavalera conquistando el primer puesto del concurso con sus 'Hilos de Carnaval', caracterizados como marionetas. El hecho en sí ya supone un hito: primera participación y triunfo absoluto. Sobre el escenario se sitúan a una serie de personajes que pretenden simbolizar al poder, al dinero, al amor, a la guerra y a los vicios. Y todos ellos, ese totum-revolum, esa anarquía conceptual, viene a conjuntarse por poder y efecto de uno de los personajes más conocidos de la historia del Carnaval de Badajoz, por Armonía, que es interpretada por Santi Linares.

Ese año se produce una suerte de conjunción cósmica, que hace que el genio creativo de un buen puñado de personas se conjugue armónicamente y dé a luz un proyecto deslumbrante. Nuria Mora diseña los disfraces de cada uno de los personajes, y Julia los confecciona. Pepa Casado maquilla a cada uno de los miembros del grupo de manera magistral.

Y Arturo Lucas crea un escenario apabullante, algo nunca visto en el Carnaval de Badajoz, una auténtica obra de arte que impresiona a público y jurado nada más levantarse el telón. A cargo de letra y música se sitúan tres componentes del grupo: Juan Carlos González, Juan Adolfo Gutiérrez y Santi Linares. Juan Carlos se encarga de la presentación, los pasodobles y despedida, y Adolfo y Santi de la práctica totalidad del popurrí.

Al escenario se suben a cantar José Manuel Calero, Jorge Redondo, Juan Adolfo Gutiérrez, José María Romero, Santi Linares, Juan Carlos González, José Manuel Bueno, Carlos Yunta, Paco Lagoa, Juan Mendoza, Francisco Javier Seco, Jorge Díaz, Jorge Zarallo y Juan Ignacio Calvo. Y realizan una actuación en la que brillan unas voces afinadísimas y una dramatización y puesta en escena que rozan la perfección. El resultado fue el ya comentado: cautivaron al jurado, conquistaron al público e hicieron Historia en el concurso de murgas del Carnaval de Badajoz.

Después de aquel éxito, regresan en 2005 con 'Extra de Carnaval', como imprenteros. El nivel del concurso es altísimo, y ganan Los Niños (como tribu africana) pero Dakipakasa, en su segundo año de participación, consigue conquistar el segundo puesto. Vuelven a sorprender con otro cautivador escenario, obra del escultor Arturo Lucas. La caracterización, de nuevo, es genial. Destacan, por su originalidad, los pantalones que llevan, forrados de recortes de prensa con noticias de su actuación del año anterior.

De aquel proyecto son muy recordadas la presentación y un fragmento en el que se defienden, muy irónicamente, de algunas críticas que recibieron por cantar demasiado afinados. En 2006 dan un paso más en su identificación con Badajoz, con sus tradiciones, su Historia y patrimonio, y salen al escenario ataviados con un disfraz que simula las capas del material pétreo que conforma la muralla de la ciudad de Badajoz, con un proyecto concebido hace años por Juan Carlos. El escenario lo llena, de nuevo, una obra de Arturo, que presenta a la Alcalzaba transformada en un cuerpo rocoso de mujer. Cada uno de los componentes, porta un bastón con un monumento de la ciudad en miniatura. De aquella actuación permanece en el recuerdo el pasodoble de "Reina", la saeta dedicada a Pilfano (un concejal de festejos que había fallecido ese año) o la cuarteta de 'Las 3 paredes'. Consiguen ser terceros en su tercer año sobre las tablas del López de Ayala.

En 2007, la murga descansa y no participa en el concurso de murgas. Sus componentes disfrutan del carnaval de la calle. El año 2008 vuelven a participar en el concurso, ataviados con un originalísimo disfraz, con el que se presentan al público como fuegos artificiales de la feria de San Juan, siguiendo esa senda de identificación con la ciudad de Badajoz. 2009 es el año de 'Laberinto de Febrero'.

Ese año, los disfraces se confeccionan en Sevilla, y resulta un tipo muy elegante y colorido, con unos sombreros poblados de elementos típicos del carnaval (marimanta, turuta,...). El escenario es obra, una vez más, de Arturo, que, en esta ocasión, cuenta con la ayuda de Diego García para conseguir que el gran títere, que se sitúa tras el grupo, se mueva, durante toda la actuación, como si estuviese dotado de vida propia. La actuación está plagada de símbolos, y presenta unas letras muy críticas y centradas en la actualidad, y músicas creadas en exclusiva para la actuación.

Logran, de nuevo, un tercer puesto en el concurso. En 2010, el grupo no participa en el concurso de murgas. Las diferencias creativas llevan a una parte del grupo a continuar en Dakipakasa y a otra parte a dejar el grupo, para comenzar a trabajar en un proyecto distinto de murga, más acorde con sus gustos, ideas y maneras de entender el Carnaval.

En 2011 salen al López de Ayala como el 'Regimiento de Musicarnavalegría', con voces afinadas, letras muy críticas y un escenario de una carga emocional y conceptual profundísima, también obra de Arturo Lucas. El siguiente año, Juan Carlos no puede salir, por motivos laborales y familiares, y la mayoría de los componentes de Dakipakasa deciden continuar en el concurso, pero con el nombre de La Emboscada. Y, finalmente, el año pasado, presentan, de nuevo como Dakipakasa, un proyecto muy personal de Juan Carlos González, que deja los escenarios para centrarse exclusivamente en la composición de letra y música.

Su grupo se encarga de interpretar sus composiciones, basadas en recuerdos de infancia, adolescencia y juventud. Y lo hacen, como siempre, cantando bien, con un escenario impresionante al fondo, y ataviados con unos disfraces cargados de símbolos.