TDtecir Dámaso en Extremadura es nombrar a una persona que todo el mundo conoce en el ambiente sanitario y casi todo el mundo fuera de él, sin necesidad de decir su apellido. Que una sociedad identifique mayoritariamente a alguien por su solo nombre suele ser prueba de que esa persona es muy mala o es muy buena. En esto no hay término medio. Un gran delincuente termina haciéndose tan lamentablemente familiar que basta oír su nombre, o su alias, para identificarle. Más difícil es saber de quién se habla mencionando exclusivamente su nombre cuando se trata de un hombre bueno. Pero también es posible. Dámaso es una buena prueba de ello.

Dámaso tiene hasta en su nombre la formulación de su principal virtud: la mansedumbre. Dámasos , en griego, es "el que amansa". Pero para amansar a los demás, para transmitir apacibilidad, tiene uno que haberse amansado primero a sí mismo. Dámaso es manso de corazón en la más genuina versión bíblica. Sólo por eso ya hay que estarle agradecido, en este guirigay de gallos de pelea en el que tantos hacen todos los días tantos esfuerzos por parecer tan bestia y tan desconsiderado con el adversario y con los demás.

Alrededor de esa virtud, que está construida sobre la bondad, Dámaso tiene infinidad de cualidades: inteligencia, abnegación, capacidad, sabiduría... Por eso es un gran médico, por eso ha sido muy bueno siempre en todos los puestos que ha desempeñado en la administración sanitaria extremeña, por eso ha sido, hasta hace poco, un extraordinario gerente del SES y por eso va a seguir siendo lo que es: un gran profesional y un gran hombre.

El otro día la Plataforma Extremeña por la Sanidad Pública le tributó un merecido homenaje. Esta humilde columna, que tantos días recoge los méritos de los extreordinarios , se suma a ése y a cuantas otras ofrendas, merecidísimas todas, se le hagan a Dámaso. Ha entregado su vida no sólo a curarnos a los demás, como médico que es, sino a hacer posible la mejor y la más extensa medicina, con toda la excelencia y sin ninguna exclusión. Gracias a él y a otros como él, la sanidad pública extremeña sigue en primera línea del sistema sanitario nacional. Gracias Dámaso. Ten salud.