TLta Guardia Civil de Tráfico está dando ejemplo de cómo salir de la crisis: reduciendo gastos y aumentando ingresos.

Hace unos días la DGT presentó un llamativo plan de ahorro, y la semana que viene entra en vigor el aumento de la cuantía de las multas. No hay que ser un gran economista para darse cuenta de que la fórmula es perfecta para sanear cualquier maltrecha economía, en este caso la de la Dirección General de Tráfico; pero tampoco hay que ser un lince para prever las consecuencias.

Cómo no estarán de apurados, que los agentes llevarán hasta un datáfono para que puedas abonar la multa en el mismo momento que te la ponen.

Así que se ahorra en alcoholímetros y se gasta en datáfonos. Es el cambio que trae aparejada la crisis. No obstante y a falta de presupuesto para hacer las pruebas de alcohol, a la Guardia Civil de Tráfico siempre les quedará el infalible y tradicional sistema para detectar si estás pasado de copas o no. Ya saben, codo a la rodilla, dedo pulgar en la nariz y a mantener el equilibrio por unos segundos. No falla.

¿Y qué me dicen sobre la posibilidad de que te puedan multar si llevas la matrícula sucia? Aunque mirando el lado positivo de las cosas, lo mismo salimos bien posicionados en algún estudio sobre los países que más limpio tienen su parque automovilístico.

Menos mal que al españolito de a pie, o mejor dicho al volante, no nos pilla por sorpresa el afán recaudatorio que muchas veces demuestran tanto la Guardia Civil como la policía local. Y si no que me digan qué otro nombre puede tener cuando multan a todos los coches aparcados en doble fila a las nueve de la mañana en las puertas de los colegios.

Ironías aparte, es evidente que a los conductores nos tocará rascarnos aún más el bolsillo, con lo raído que ya lo tenemos. No todos los impuestos van identificados con el mismo nombre fiscal. Y lo que es peor, ojalá las medidas de ahorro que se plantean no supongan una falta de seguridad en las carreteras.