Decir a estas alturas que los debates entre los candidatos son esenciales en democracia estaría de más en un país con una derecha civilizada con los procedimientos democráticos plenamente interiorizados. Pero como eso no pasa en España, donde el PP ha sustituido la palabra por el insulto y la razón por la falacia, numerosos candidatos de este partido a la presidencia de las comunidades autónomas y a los ayuntamientos se están negando a debatir con el resto de los candidatos. Como ésta parece ser una postura mayoritaria y unánime, cabe pensar que hay una consigna interna para eludir los debates, probablemente para proteger a Camps y al resto de candidatos de comunidades contaminadas por el Gürtel y otros casos de corrupción.

En Extremadura se han propuesto debates con un nuevo formato acorde con los tiempos, en los que los ciudadanos puedan estar presentes y hacer preguntas a los candidatos. José Antonio Monago , de cuyo talante democrático tanto esperamos incluso los que no pensamos como él, se ha dejado contagiar por esta renuencia general de su partido a debatir y ha dicho que no lo hará, con la excusa de que él quiere un debate en el canal público extremeño de televisión, cuya cuota de pantalla es irrelevante. El otro formato de debates, en cambio, en lugares abiertos a los ciudadanos y que pueden ser transmitidos por los diferentes medios de comunicación a una inmensa mayoría de los ciudadanos, parece ser que no le interesa.

El que lo ha dejado más claro, porque quizás sea el más sincero, aunque su franqueza deja al descubierto la trabazón de su naturaleza democrática, es el alcalde de Badajoz, que ha dicho que no gana nada debatiendo con los demás. "No gano nada", ha dicho, y se ha quedado tan pancho. El argumento desvela el sentido patrimonialista y caciquil que tienen del poder ciertos sectores de la derecha. Para ellos, se trata de "ganar", no de servir, que es para lo que están en sus cargos. Un debate no obedece a las expectativas de ganancias o de pérdidas de un candidato, sino al derecho de la ciudadanía a escuchar, confrontadas, sus propuestas, que para eso les pagamos y votamos. El alcalde de Badajoz lo ha dejado bien claro. Los candidatos del PP no tienen nada que ganar con los debates. Efectivamente. Y, si no, que se lo pregunten a Francisco Camps.