Conocida como Supernanny, por el programa de televisión que condujo en el que daba pautas a los padres sobre la educación de los hijos, la psicóloga Rocío Ramos-Paúl estuvo ayer en Badajoz para ofrecer una charla a familias sobre cómo enfrentarse al posible consumo de alcohol en menores, promovida por la Federación Española de Bebidas Espirituosas con la colaboración del ayuntamiento, a través de la Red Menores ni una gota.

-¿Cómo se previene que un menor consuma alcohol?

-Que no consuma alcohol en el tiempo en que es menor es lo que intentamos. Es verdad que la realidad dice que no es así. Pero por lo menos vamos a intentar que tengan percepción del riesgo de lo que supone consumir alcohol con edades tempranas, con 13 o 14 años. Se puede hacer. Desde que un niño es pequeño sus padres realizan prevención con todo lo que le puede hacer daño. Cada niño es distinto. Pero cambian en torno a los 12 o 13 años, en primero de la ESO, que es el curso en el que despega todo. Ya no podemos tratarle como cuando es pequeño. Tenemos que empezar a negociar porque es más listo y hay que enseñarle que si él llega hasta aquí, yo cedo esta parte. Siempre que cumpla, gana.

-¿Pero cómo se evita que prueben el alcohol?

-Es muy complicado porque tienen muy poca edad de inicio. Vamos a intentar que esa edad suba, pues son más capaces de tener control de impulsos. Con 13 o 14 años se pueden negar varias veces al ofrecimiento, pero a la cuarta la presión es tan grande que dicen que va a tomar una copa y el problema es que beben hasta caer redondos. Tenemos que empezar a enseñarles a decir que no, iniciar la edad de consumo más tarde y sobre todo la clave está en hacerles responsables. Ellos quieren tener los beneficios de ser mayores, pero no deben obtenerlos de forma gratuita, sino desde el cumplimiento de sus responsabilidades. No puedo prohibir, porque lo que tienen que aprender es a decir que no. Para eso debemos tener mejor comunicación con ellos. La clave está en la responsabilidad.

-¿Los padres debemos dar ejemplo? Tenemos muy asociado el ocio al consumo de alcohol.

-Sí. Los padres tienen un papel fundamental. Son modelo y pueden transmitir a sus hijos un consumo responsable para cuando sean adultos, es decir, mayores de 18 años. Yo puedo tomarme una cerveza sin tener que beberme el barril completo o un gintónic en la sobremesa con mis amigos sin tener que volver a casa doblado. Que ellos vean que se puede pero sin llegar a caerse redondos.

-¿Hay bebidas alcohólicas mejores y peores?

-Todas tienen alcohol y están prohibidas a los menores y hay que decírselo en casa con toda la rotundidad.

-¿Por qué los padres somos los últimos en enterarnos de lo que hacen nuestros hijos? O es que no queremos verlo.

-No estoy de acuerdo. En muchas ocasiones los padres quieren justificar una situación o evitarla. Pero sí se sabe. Otra cosa es que no reconozcamos qué hacer cuando lo encontramos de frente o nos parezca más útil permitir que los hijos hagan lo que quieran con los 14 años, cuando es todo lo contrario, necesitan más ayuda. Sí es verdad que tengo que ser capaz de comunicarme con mi hijo. La adolescencia es una etapa de conflicto y si estoy en permanente conflicto, no me entero de lo que pasa en su vida. Tengo que aprender a trabajarlo para entender qué le pasa.