El decano de Biblioteconomía, Antonio Pulgarín, manifestó que "no he leído la sentencia", pero "imagino que Amigos de Badajoz está en su derecho de reclamar que se respete el patrimonio y se hagan las cosas bien, y por otro lado, que con la construcción hecha, será difícil volver al estado anterior". Pulgarín afirmó que "hemos oído que en el edificio caben la facultad y la biblioteca sin la planta superior, cuando es así y ya no cabemos. Si tuviesen que quitar el cubo, desde luego es imposible: no cabemos".

El decano señaló también que "otra cosa es que nuestra biblioteca y las aulas son de nueva construcción y no sé si habría que quitar lo que sobresale o toda la construcción. Así no cabríamos y o la biblioteca o nosotros tendríamos que ir a otro sitio, porque a la biblioteca también le falta espacio". Y añadió luego que "a lo mejor, alguien lo tenía que haber parado en su momento. Alguien dijo que se seguiría y que si luego había que tirar, se tiraba".

Por otro lado, el arqueólogo Fernando Valdés, que dirigió las excavaciones de la obra, afirmó que "en tanto que el Supremo no modifique o revoque la sentencia, si es que recurren, nadie puede hacer nada". Parece que la declaración de monumento nacional en 1931 y con la ley del 85, Bien de Interés Cultural, es declaración genérica para la alcazaba, pero el ayuntamiento incluye en el PGOU una norma que dice que el Hospital Militar tiene protección estructural I, por lo que no se puede cambiar nada en el edificio.