Son ya una decena de colegios y centros de Badajoz y la provincia los que han transformado su patios de recreo en espacios inclusivos a través del proyecto El patio de mi cole, de la Asociación Segundo Asalto. Sus fríos suelos de hormigón y sus aburridas paredes se han llenado de color a través de dibujos y juegos, que se complementan con pinturas murales, mapas de educación vial, vinilos decorativos en zonas comunes y papeleras decoradas, entre otras muchas propuestas. Pero esta iniciativa va más allá del rediseño en sí de estos espacios, pues la transformación se realiza en función de las necesidades y características de los centros y de quienes los llenan de vida a diario. Por ello, los responsables de Segundo Asalto, que unas veces ofrecen su propuesta a los centros y en otras ocasiones son estos o las ampas los que contactan con ellos, hacen un trabajo previo y posterior. El primer paso es observar el espacio y cómo lo utilizan los alumnos; después, los creativos trabajan en el diseño y se plasma (tienen que aprovechar los fines de semana y las vacaciones). Una vez terminado, vuelven a comprobar cómo ha sido acogido el cambio por alumnos y profesores.

La experiencia ha sido desde el principio muy positiva, según explican, Maribel Díaz y José Antonio Linares, gestores del proyecto, que completan su equipo con los diseñadores Raulowsky y Ben Tocha. Los ‘nuevos’ patios introducen juegos y herramientas para despertar la imaginación y la creatividad de los niños, fomentar su independencia, mejoran la convivencia y favorecer la integración de escolares con dificultades para relacionarse con sus compañeros.

La iniciativa se puso en marcha en el 2014 y cinco años después han intervenido en colegios de Infantil y Primaria, de Educación Especial, de atención a personas con discapacidad y hasta en una comunidad de vecinos de Cerro Gordo, donde han resideñado la zona de la piscina.

No en todos los colegios tiene el mismo nivel de desarrollo, pues en los que se puso en marcha antes, como Los Glacis o el Luis de Morales, tras dos años, se han acostumbrado al cambio y hay que introducir modificaciones para que sigan resultando atractivos para los pequeños y eficaces con el objetivo que buscan. Además de estos dos centros, Segundo Asalto ha transformado espacios en el Santo Ángel, el Arias Montano, Enrique Segura Covarsí (han empezado decorando las papeleras), San Fernando, Enrique Segura Covarsí, Ciudad de Badajoz y Las Vaguadas (estos dos últimos con vinilos), así como en el colegio Adolfo Díaz Ambrona de Valdelacalzada, Cristo Crucificado de Valverde de Leganés y en el centro Inclusives de Villanueva de la Serena.

Son los propios responsables de los centros educativos los que constatan que los objetivos se cumplen en gran medida, mejorando la relación entre compañeros y propiciando que los menores sean más independientes en sus juegos y resuelvan sus propios conflictos. Además, según apuntan Maribel Díaz y José Antonio Linares, la experiencia les ha demostrado que estos cambios en los patios sirven a los docentes para observar mejor a los alumnos y detectar posibles casos de acoso escolar.