El viernes pasado aparecieron unos trabajadores con una grúa en la calle Doctor Antón Civit y talaron literalmente 18 pinos y un eucalipto de gran porte que existían en este lugar desde hace al menos medio siglo, según el vecindario. Esta calle es una vía sin salida, de propiedad privada, que da acceso a los llamados grupos de Santa Marina, junto a la avenida Saavedra Martínez y los vecinos con los que ayer habló este diario, no tienen muy claro de quién son estos árboles.

La concejala de Parques y Jardines, Cristina Suárez Bárcena, negó cualquier vinculación del ayuntamiento con esta "tala indiscriminada", pues se trata de una propiedad privada, si bien manifestó que "nosotros estamos totalmente en contra de cómo se ha hecho". Según ella, el ayuntamiento carece de capacidad sancionadora, y en todo caso sería el Seprona si los árboles tuvieran alguna protección.

Fue el concejal de IU en el Ayuntamiento de Badajoz, Manuel Sosa, quien denunció ayer "la salvajada medioambiental" cometida. Sosa apuntó que la tala se ha realizado desde un jardín privado, separado de estos árboles por un muro y una valla, donde ayer seguían ardiendo los restos de los árboles. Esta parcela es de una residencia religiosa. Sin embargo, este diario habló con el trabajador que estaba recogiendo las ramas y dijo que desconocía quién ha los ha cortado y explicaba que al cortarlos han dañado parte de la valla. Otros testigos apuntaban que la tala la ha ordenado un vecino para acabar con la suciedad que caía en su piscina, pero este diario no pudo localizarlo.

Otra residente, Fátima Rodríguez, lamentaba lo ocurrido porque no se ha contado con la opinión de todos y alertaba del daño causado a las aves que anidaban en estos árboles.