LOS BOMBEROS del servicio municipal acudieron ayer por la mañana a los números 34-36 la calle Faisán, en la barriada San Roque, para derribar una pared que corría peligro de derrumbarse, por recomendación del arquitecto municipal. La pared derribada pertenece a una vivienda que estaba en fase de construcción pero cuyas obras están paradas. Aunque la parte de arriba está sin terminar, la de abajo se utiliza como garaje y en el momento en que procedieron a intervenir los bomberos, había aparcados cuatro coches. Los agentes dijeron a sus propietarios que los sacasen, por el riesgo que corrían.