"Adiós, cubo, adiós", manifestaban ayer quienes observaban el hueco que dejan las dos plantas superiores del edificio que alberga la Facultad de Biblioteconomía --Documentación y Ciencias de la Comunicación y la Imagen--, el antiguo hospital militar sobre el que se levantó una estructura que está siendo demolida por orden judicial. Las obras iniciadas el pasado día 14 siguen su ritmo y si el pasado viernes despareció la planta superior, ayer el edificio se mostraba con su nuevo perfil; también el de su entorno y, según las perspectivas, de forma especial el de la torre Espantaperros.

Los trabajadores continúan con su labor de derribo según el proyecto que debe devolver al edificio a su estado anterior. Y eso cuando ayer vencía el plazo para presentar recurso contra el auto de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Extremadura, que denegaba el indulto solicitado 'in extremis' por la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo.

Su presidente, José María Soriano, manifestó que "hemos decidido no recurrir, porque no tiene sentido; nos hemos gastado dinero en personarnos en la causa, siguiendo la indicación de la sala y no ha servido".

Dijo que "todo esto es un cúmulo de despropósitos por parte de mucha gente desde el principio, y consecuencia de decisiones del tribunal, que a nuestro juicio, aunque acatamos su fallo, no ha recogido la totalidad de la Ley de Patrimonio".

"Nosotros hemos hecho lo que hemos podido", afirmó Soriano. La asociación, no obstante, agradece a todas las personas que han apoyado el mantenimiento del cubo, así como a colectivos e instituciones, como la Uex, La Económica, los Colegios ed Arquitectos y Aparejadores, o empresarios del Casco Antiguo, entre otras muchas".