La policía desalojó ayer a 12 trabajadores portugueses de un piso en la avenida de Fernando Calzadilla, en el que tiene su sede la empresa de construcción Luso-Ceutí S.L., que se negaban a abandonar hasta que su propietario les abonara los salarios atrasados, de hasta dos meses.

Los trabajadores llegaron desde varios puntos de España y de Portugal porque, según manifestaron a EL PERIODICO, les había citado la empresa para pagarles, pero cuando llegaron, les dijeron que volvieran el día 20.

Viajaron desde Lisboa, Cartagena, Viseu, Madrid, Valladolid, o Caparica con idea de cobrar las pagas atrasadas y cambiar los cheques sin fondos librados por el empresario, hecho que denunciaron en su momento, según Antonio Rodrigues, uno de los afectados, y que confirmaron después dos empleadas de la empresa, en la que no estaba el dueño, y los propios agentes.

En esta situación, dijeron, hay 34 personas. Unos tienen pendiente de cobro el salario de dos semanas, otros de un mes y otros de dos meses. Pero ayer se reunieron unos 12 que habían sido convocados y se encontraron con que el empresario estaba de viaje, por ello anunciaron su intención de permanecer en las oficinas hasta que llegara.

Dos auxiliares administrativos les dijeron que no volverá hasta el viernes y que ellas tenían que marcharse, por lo que, ante la negativa de aquellos a irse, avisaron a la policía.

Los agentes reseñaron que los trabajadores no pusieron pegas y bajaron enseguida. Conforme salieron mostraron sus documentos de identidad y los cheques sin cobrar. Benjamín M. llegó de Viseu y reclama un mes; José M. Mosca, de Caparica y 2 meses; Humberto Alves, de Lisboa y 2 meses; Joao Alberto Lima, de Lisboa y 1 mes; Alfredo Dos Santos, de Valladolid y 1 mes, entre otros.

Puestos al habla con la empresa, una empleada dijo que el dueño está de viaje hasta el viernes. Confirmó que los trabajadores no han cobrado y lo de los cheques, pero que el dueño quedó en pagarles el día 20. Angela Baiao afirmó que "unos fueron correctos, pero otros llegaron con malos modos e insultando y no se querían marchar, por eso llamamos a la policía".