La investigación y esclarecimiento de un robo cometido a mediados de junio en una vivienda de Almoharín, en la que los asaltantes actuaron con gran violencia, ha dado como resultado la desarticulación de una banda organizada que operaba en las provincias de Badajoz y Cáceres y a la que se le imputan, al menos, cuatro hechos similares en casas y establecimientos, aunque podrían ser muchos más. Hay cuatro detenidos, tres de ellos miembros de la organización afincados desde hace un tiempo en Don Benito y Villanueva de la Serena, y otro acusado de colaborar en el robo de Almoharín, residente en esta localidad.

El delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, compareció ayer junto al general jefe de la Guardia Civil en la región, José Antonio Hurtado, y el jefe de la Comandancia de Cáceres, Gabriel Domínguez, para informar sobre esta operación, a la que se ha bautizado con el nombre de Casero. A los detenidos, de entre 21 y 32 años y para los que el juez ha decretado prisión sin fianza, se les acusa de robo con violencia, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y pertenencia a una organización criminal.

En el asalto a la vivienda de un cortijo de Almoharín, que se encuentra en una zona aislada, los acusados amordazaron a los cinco moradores, a quienes amenazaron con armas de fuego, y emplearon gran violencia con el propietario para que les dijese dónde estaba la caja fuerte. Lograron apoderarse de joyas valoradas en 280.000 euros, así como dinero en efectivo y otros objetos de valor. Para cometer el robo contaron con la información que les facilitó un guardés de la finca, según él mismo reconoció ante la Guardia Civil, de ahí el nombre dado a la operación, que desde el inicio de la investigación fue considerado uno de los principales sospechosos.

Las pesquisas llevaron a la identificación de los supuestos autores materiales del asalto: el cabecilla de la banda, un ciudadano de nacionalidad rumana con un amplio historial delictivo y que cambiaba frecuentemente de domicilio para no ser localizado, y otros dos hombres sin antecedentes y perfectamente integrados en sus poblaciones. El pasado 3 de julio se efectuaron tres registros domiciliarios en sus viviendas de Don Benito y Villanueva de la Serena, en las que se hallaron gran parte de las joyas sustraídas en el cortijo de Almoharín, dos revólveres de detonación, una pistola simulada y otra de nueve milímetros con su cargador con munición, así como 5.220 euros en metálico y 25.500 reales brasileños (algo más de 8.700 euros).

Además, se intervinieron monedas antiguas, de colección, once teléfonos móviles, 250 gramos de marihuana, bolsas para la distribución de droga y los pasamontañas y herramientas utilizados en los asaltos. También se encontró numerosa documentación sobre su actividad delictiva, que en estos momentos se está analizando, pues la operación sigue abierta y no se descartan más detenciones.

El caso está en manos del Juzgado de Instrucción número 2 de Cáceres.