Los atentados del 11-M en Madrid supusieron una intervención bastante sencilla, técnicamente, para el Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, pero dejó al descubierto la desatención psicológica de los bomberos, según el subinspector jefe de este cuerpo, Rafael Ferrándiz, quien recordó que a pesar de que estos profesionales están en contacto con la muerte no se ha prestado demasiada atención a su estado psicológico.

Este mando participó ayer en la 17 edición de Videofuego que se celebra en Badajoz, un certamen internacional en el que participan cerca de 300 profesionales relacionados con la extinción de incendios y emergencias.

En la jornada de ayer se conoció la experiencia de los equipos que actuaron en el 11-M. Rafael Ferrándiz narró cómo la coordinación y la flexibilización de los protocolos, son claves fundamentales para hacer frente a una situación de este tipo.

Tras el 11-M "hemos echado en falta tantos años sin atenderse el estado psicológico del bombero, un aspecto que nunca habíamos tratado porque parecía algo interno e individual".

Aquel día "las manos fueron las herramientas más utilizadas por el bombero, y las que producen mucho más impacto". Aunque los psicólogos se volcaron, según recordó, "la figura que más ha apoyado al bombero ha sido su compañero".