"No salimos de una cuando estamos metidos en otra", decía ayer la mujer de Santiago. "Que se acabe ya este año", pedía. Santiago es el conductor del coche sobre el que se empotró el ciclomotor. En el automóvil llevaba material para terminar de reconstruir el quiosco del que quiere hacerse cargo.

El mismo quiosco que el pasado de febrero se llevó por delante un coche que conducía un joven sin carnet, matando a la abuela de Santiago e hiriendo gravemente a su madre, que perdió una pierna. Santiago aseguraba que ayer circulaba despacio, "porque desde lo que le ha pasado a mi abuela, yo no corro en este barrio".