Mañana sábado se constituyen las corporaciones municipales con los concejales que resultaron elegidos tras la elecciones del pasado 26 de Mayo. Serán actos institucionales y solemnes que darán la bienvenida a aquellos hombres y mujeres que decidirán gran parte de la vida de nuestros pueblos y ciudades. Es, por tanto, un acto importante en el fondo y en la forma, como se visualiza en la aparición de los Maceros, una figura protocolaria histórica que encarna un funcionario municipal y cuya función simbólica es la de encabezar la comitiva municipal portando en su mano y su hombro La Maza de plata, un arma defensiva que antiguamente utilizaban los Caballeros en la Edad Media.

Tomarán posesión los concejales, jurando o prometiendo su cargo, y éstos votarán al alcalde. Y a partir de ahí, cuatro años para mejorar la vida de los ciudadanos, os al menos es así como ellos lo pregonan. Pero ¿y los que mañana ya no estarán sentados en las bancadas de los plenos municipales? Aquellos que después de mucho o poco tiempo, mañana no ostentarán el cargo de concejal y por tanto no estarán sometidos a la obligación del servicio público. Para mí ellos han sido los protagonistas de esta semana.

Algunos se van después de mucho tiempo en el cargo haciendo honor a su trayectoria municipal: en silencio. Lo mismo piensan que tienen más que callar.

Otros han querido expresar sus sentimientos y hasta han pedido disculpas por los errores cometidos. Lo cual les honra. ¿Qué ser humano no comete errores? Otros, incluso, en su despedida, no pudieron contener las lágrimas. Los que se van, los que ya no serán concejales a partir de mañana, no han tenido un trabajo fácil y sí una gran responsabilidad que ejercer. Se llevarán un suspenso o un aprobado de los ciudadanos. Pero a nadie nos cabe la menor duda que, con sus aciertos y errores; con sus muchas o pocas capacidades para la misión que se les había encomendado, todos ha querido hacer lo mejor para su ciudad.

En general la política y en concreto la política municipal, tan cercana y directa, es en estos momentos un reto difícil de desempeñar. Son malos tiempos para la lírica, que dirían Golpes Bajos. De ahí hoy mi homenaje y reconocimiento a los concejales y concejalas que desde mañana no estarán en los plenos municipales.