Cuatro de los cinco empleados que Cruz Roja despidió en julio pasado han negado en un escrito a EL PERIODICO (Ver 23 de septiembre) que aceptaran el despido "ni mucho menos". Y manifiestan que "¿Quién puede aceptar esto así por las buenas? ¿Quién puede estar de acuerdo con estas formas de hacer cosas tan serias? ¿Quién puede ver buenas intenciones en esta forma de actuar? Simplemente, no nos quedó otra alternativa, pues todo estaba ya mascado".

Los cuatro tenían de 10 a 14 años de antigüedad, y afirman que "sin conversaciones previas, ni mediar palabra, se nos entrega una carta" comunicándoles que era su último día de trabajo. Y sobre la indemnización, "la que nos corresponde por ley. Nada más".

Además, ven una contradicción que Cruz Roja hable de una reducción del 25% de la plantilla y CCOO hable del 10% --hay que aclarar que este dato se refirió al mínimo para que se dé un expediente de crisis, que no es el caso--. Y añaden, sobre el conjunto del conflicto, que "¿por qué no se dice la verdad llanamente?". Los cuatro aportan las cartas de despido, el acta de conciliación y su baja en CCOO.

El presidente provincial de Cruz Roja, Javier Caro, y el nuevo secretario, Jacinto Cruz, reconocieron ayer que los despidos y los contratos no renovados forman parte de un plan de reducción de gastos para acabar con el déficit de la organización, que el segundo achacó a una mala gestión, y con la deuda de 900.000 euros acumulada con la central de la propia entidad.

Ambos anunciaron ayer que el día 4 de octubre tomarán posesión los 30 nuevos presidentes locales en una acto en Jerez de los Caballeros.