El Cuerpo Nacional de Policía mantenía ayer abierta la investigación para determinar cómo una niña de 16 meses, que prácticamente acaba de dar sus primeros pasos, pudo acceder a sustancias estupefacientes e ingerirlas. Su madre, de 24 años, con vivienda en la barriada de Los Colorines de Badajoz, ha sido detenida y puesta a disposición judicial acusada de un presunto delito de lesiones graves por imprudencia. Todos los indicios llevan a pensar que la ingestión de las drogas fue accidental. Según el resultado de los análisis realizados a la bebé, en su organismo había restos de cannabis, opiáceos y cocaína.

Los hechos de los que dio cuenta ayer la Policía Nacional sucedieron la madrugada del pasado 12 de agosto. Varias personas acudieron al servicio de urgencias del hospital Materno Infantil de Badajoz con un bebé de 16 meses que presentaba síntomas de intoxicación. Tras realizarle pruebas médicas, comprobaron que sufría una intoxicación por diversas sustancias estupefacientes, pero cuando se iba a proceder a su ingreso en observación, comprobaron que la menor ya no estaba en el centro hospitalario y que se la habían llevado sus familiares.

Fueron los propios servicios del urgencias los que alertaron a la Comisaría Provincial a través de una llamada a la sala 091. Varias dotaciones policiales se presentaron en el hospital para recabar la mayor cantidad de datos posible que permitiesen identificar a estas personas y dar con el paradero del bebé ya que, según la nota que remitió ayer la Policía Nacional, se temía por su estado de salud. Los agentes lograron identificar a la madre de la niña y su presunto domicilio, situado en Los Colorines, pero cuando llegaron estaba vacío.

La joven fue detenida a la mañana siguiente y el bebé asistido en el Materno de nuevo. Según fuentes consultadas por este diario, en todo momento se encontró fuera de peligro, la intoxicación no era grave y no tuvo que ser ingresada. Los síntomas que presentaba eran decaimiento y somnolencia.

ANTECEDENTES Las mismas fuentes insistieron en que todo lleva a pensar que se trata de una imprudencia accidental, aunque las líneas de investigación siguen abiertas. Ni la madre ni el padre son toxicómanos. El padre tiene antecedentes por robo con fuerza pero a la joven, con la que vive la niña, no le constan delitos anteriores, ni que tengan más hijos.

El bebé fue ingresado en el centro de menores San Juan Bautista, por decisión de la Consejería de Sanidad. La policía investiga en qué domicilios pudo estar la niña para que pudiera ingerir este tipo de sustancias, posiblemente en el entorno en el que vive.