Con una cámara Leica, el fotoperiodista Agustí Centelles Ossó (Valencia, 1909- Barcelona, 1985) documentó el exilio de los españoles republicanos en el campo de concentración de Bram (Francia). Fue el único que convirtió en instantáneas la vida de los internos desde dentro, pues era uno de ellos.

Una serie de esas imágenes se puede ver desde ayer, y hasta el próximo 15 de enero, en la sala Vaquero Poblador y el patio de columnas de la Diputación de Badajoz, donde también se exhiben algunas de las fotografías que Centelles captó de la Guerra Civil Española en Cataluña y Aragón.

"Mi padre fotografió su derrota, su guerra", dijo Octavi Centelles, hijo del fotoperiodista durante la inauguración de la muestra, a la que también asistió su hermano Sergi y uno de sus nietos, Agustí. Definió a su progenitor como "un hombre de izquierdas y un animal político", que reflejó en sus instantáneas la miseria y la desesperación que envolvía a quienes como él estaban recluidos en el campo de concentración, un encierro que a muchos les llevó a la locura.

En sus fotografías, que están acompañadas por pequeños textos, se ven muchas escenas de la vida cotidiana en el campo. La preparación de la comida --casi siempre lentejas o arroz--; las dificultades para el aseo de los internos; gestos de colaboración entre los refugiados para afrontar el día a día; la visita al médico; cómo hacían gimnasia en un barracón; o una hilera de tumbas de quienes no sobrevivieron. También retrató otros momentos de menor dureza, como a los internos imitando a toreros; baños en el río; o algunos de ellos tocando el saxofón y la guitarra.

El presidente de la diputación, Valentín Cortés, señaló que las imágenes de Centelles no son solo un documento gráfico para conocer la historia, también son arte.

Agustí Centelles guardó las fotografías de Bram hasta la muerte de Franco, cuando recuperó el material.