La marcha del primer teniente de alcalde y hombre fuerte del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Badajoz, Germán López Iglesias, marca una difícil sucesión que le está costando encauzar al alcalde, Francisco Javier Fragoso, como lo demuestra el hecho de que todavía ayer, cuatro días después de que López Iglesias renunciase a su acta de concejal para asumir la dirección general de la Policía Nacional, en Madrid, aún no estuviese confirmado que el PP suplirá la vacante del grupo popular municipal con el siguiente en la lista electoral, un proceso que hasta ahora venía siendo automático, como ocurrió en el PSOE al inicio de la legislatura, con la llegada de Montserrat Rincón.

Leonor Celdrán ocupa el puesto 14 en la lista del PP y antes de las elecciones, cuando Fragoso presentó a quienes lo acompañaban en la candidatura, apostó por ella, porque contaba con revalidar los 17 concejales de su precedesor. Pero los cálculos fallaron y obtuvo 13. Leonor Celdrán se quedó a las puertas y ahora que tiene la oportunidad de entrar, la hija del anterior alcalde no acaba de confirmar que vaya a incorporarse a la corporación municipal. No es ella la que decide. Sabe que la situación no es la misma que se pintó antes de las elecciones; que el PP no tiene mayoría absoluta y que el equipo de gobierno ha perdido a una figura fundamental en las relaciones con la oposición. Detrás de ella, en el número 15, está Francisco Javier Pizarro. También contaba con entrar en el ayuntamiento en mayo del 2015. Sigue a la espera de saber si será él quien ahora entre si Leonor Celdrán renuncia.

Es la segunda vez en la que Germán López Iglesias abandona su responsabilidad municipal por encomiendas del partido. Pero en la ocasión anterior, cuando se marchó para ser nombrado delegado del Gobierno en Extremadura, tras la renuncia de Alejandro Ramírez del Molino, el PP tenía mayoría en el Ayuntamiento de Badajoz y el reemplazo fue automático. Corrió la lista y entró Guadalupe Rubio, que no acumulaba experiencia política alguna y no tuvo la oportunidad de hacerlo porque las responsabilidades de López Iglesias se repartieron entre Alberto Astorga, que se convirtió en la mano derecha de Francisco Javier Fragoso, y María José Solana. Cuando Astorga se quedó sin la responsabilidad de la Policía Local, fue el concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, quien la asumió. El viernes pasado, al despedirse López Iglesias, Fragoso solo mencionó que entraría la siguiente en la lista, pero pasan los días y no se confirma el nuevo concejal, como tampoco el reparto de responsabilidades. Las quinielas están sobre la mesa.

El portavoz municipal socialista, Ricardo Cabezas, se niega a especular. «Soy muy respetuoso con los procesos internos de otros partidos y no quiero aventurarme, respetaré lo que decidan Fragoso y el PP», se limita a señalar. Luis García-Borruel, portavioz de Ciudadanos, cuyo grupo propició con su abstención la investidura de Fragoso, se muestra indiferente con la sucesión de López Iglesias «porque ya no hay diálogo con el PP» y señala que el alcalde tiene la oportunidad ahora de remodelar su equipo, como C´s le viene pidiendo desde hace meses. Borruel cree que López Iglesias no tiene suplente y de los integrantes del gobierno popular, solo Maripaz Luján, concejala de Hacienda, no ha tenido «roces», mientras que Paloma Morcillo y Jesús Coslado han sido reprobados y María José Solana «está tocada por Ifeba». También el portavoz de Podemos, Remigio Cordero, vislumbra a Maripaz Luján, segunda teniente de alcalde, como enlace con la oposición «por su capacidad de diálogo». Además, le sorprendería que no entrase en el ayuntamiento la siguiente en la lista del PP, porque sería difícil de justificar que no se respetase el orden, así como defiende que carece de «prejuicios» por tratarse de la hija del anterior alcalde, dado que las relaciones de parentesco son habituales en una ciudad pequeña como Badajoz.