La diócesis de Mérida-Badajoz cuenta ya con tres nuevos sacerdotes. Eloy Jesús Orellana, Anthony Kiely y Domingo Sánchez fueron ordenados ayer por la mañana en una celebración en la catedral pacense presidida por el arzobispo, Santiago García Aracil, coincidiendo con el día en el que éste celebraba sus bodas de oro sacerdotales.

Decenas de familiares, amigos y miembros de las comunidades parroquiales en las que han desarrollado su labor como diáconos acompañaron a los nuevos sacerdotes en la ceremonia, concelebrada por los obispos de Coria-Cáceres y Plasencia, Amadeo Rodríguez y Francisco Cerro, respectivamente, y 120 sacerdotes de toda la diócesis.

Al finalizar el acto religioso, el arzobispo comunicó a los sacerdotes sus nuevos destinos pastolares. Domingo Sánchez ejercerá en los Santos de Maimona, Anthony Kiely en Villafranco del Guadiana --donde ya desarrolló su labor como diácono--, mientras que a Jesús Orellana se le han encomendado las parroquias de las localidades de Valverde de Llerena y Reina.

En su homilía, García Aracil mostró su "gozo" y dio gracias a Dios por poder celebrar sus 50 años de sacerdocio, 20 como presbítero y 30 en el ministerio episcopal y mostró su gratitud a los familiares, sacerdotes y fieles que le han hecho llegar sus felicitaciones en este aniversario.

A los tres nuevos sacerdotes, el arzobispo les instó a desarrollar su nueva tarea pastoral con "entrega generosa", desde la caridad y con profundo sentido eclesial y diocesano. "La gente no solo quiere oir hablar de Jesús, quiere verlo, y esto no se logra si los labios no hablan desde la bondad", les dijo.