El presupuesto de la Diputación de Badajoz para 2018 salió adelante en el pleno celebrado ayer, con el voto a favor del grupo socialista y el rechazo del grupo popular, cuyo portavoz, Juan Antonio Barrios, reprochó al equipo de gobierno que «presentan unas cuentas que se basan en cifras que no son reales», mientras que el presidente de la corporación, Miguel Ángel Gallardo, señaló que la oposición «no ha presentado ninguna alternativa, ni siquiera una propuesta».

En la presentación de las cuentas, el portavoz de la Comisión de Hacienda, Manuel Borrego, manifestó que se trata de un presupuesto que cumple la regla de gasto, la Ley de Estabilidad y que «gracias al ahorro de los dos años anteriores y una gestión eficiente, y a pesar de las limitación que impone el Gobierno central, supera por primera vez los 200 millones, con un aumento del 10,3% respecto del actual, hasta los 220,44 millones de euros».

Borrego desgranó las cuentas en cuatro líneas fundamentales: fomento del empleo, atención a colectivos vulnerables, impulso socioeconómico de la provincia y compromiso con la economía verde circular.

Destacó las partidas destinadas a igualdad y la lucha contra la violencia de género; de 3 millones en el campo sociosanitario, la rehabilitación de centros de mayores, dotación de ambulancias; inversiones en ayuntamientos el plan de carreteras con 7,8 millones. También un plan de emergencia para municipios, un nuevo Plan Dinamiza con 12,8 millones; instalación de cajeros en pueblos donde no hay bancos; programa de anticipos reintegrables; un plan de seguridad vial; infraestructuras deportivas municipales; proyectos de turismo, prevención de incendios, calidad en los servicios medioambientales de Promedio y de gestión de impuesto por el OAR.

Destacó el compromiso con la economía verde y la innovación tecnológica, con 2,5 millones para dotar a los ayuntamientos de un vehículo eléctrico y electrolineras cada 35 kilómetros; también medidas para acabar con la brecha digital con Samart Provincia, con 2,6 millones. Y señaló el incremento del 2% a los funcionarios, siempre que el Gobierno central dé vía libre.

El portavoz popular censuró la premura de las cuentas «pues no conocen las aportaciones del Estado ni autonómicas al no haberse aprobados los presupuestos generales ni los regionales, con lo que tendrán que hacer modificaciones». Barrios criticó que alarguen el presupuesto «para luego no ejecutarlo, pues al 30 de octubre, queda por ejecutar más del 50% del actual», achacando a los socialistas «que se ve la mano del señor Iván Redondo», lo que provocó un intercambio de reproches e ironías. Además, se mostró en desacuerdo con algunos porcentajes de aumento de partidas e intentó menospreciar la inversión en vehículos eléctricos.

Gallardo reprochó a Barrios que se burlara de los coches eléctricos, que no hablara de política social, que no planteará un presupuesto alternativo, ni hiciera ninguna propuesta al que se debatía. Y consideró que son «unas cuentas técnicamente impecables, solidarias, innovadoras, equilibradas y hechas pensando en que sean buenas para la vida de la gente». Al final añadió: «Sé que piensan que son buenos, otra cosa es que no los puedan votar»». Y añadió que son «unos presupuestos históricos».