El plan de movilidad sostenible que desarrollará la Diputación de Badajoz el próximo año, que incluye la cesión a cada municipio de un coche eléctrico así como una red de "electrolineras", buscará también que los consistorios desarrollen normativas para incentivar la adquisición de estos vehículos.

El diputado provincial y el coordinador de Desarrollo Sostenible, Francisco Farrona y Alejandro Peña, respectivamente, han informado sobre este programa al dar a conocer las principales líneas de actuación del área de cara a 2018, que tendrá un presupuesto de 5,9 millones de euros.

Como ha explicado Farrona, el plan de movilidad sostenible incluye la dotación de 200 vehículos eléctricos a los municipios pacenses en la búsqueda de la concienciación de la población, pues con ello los ciudadanos podrán ver estos coches en sus propias localidades.

Por este motivo, se pretende que los vehículos puedan ser utilizados para la Policía Local o para los coches de mantenimiento y obras de los consistorios.

"No es lo mismo ver un coche eléctrico en la televisión o en internet, -ha dicho- a que la Policía Local o el ayuntamiento respectivo muestren al ciudadano como funciona y las ventajas que tiene".

Alejandro Peña ha explicado a su vez que con la cesión también se pedirá el "compromiso" a los ayuntamientos para que desarrollen nuevas ordenanzas o cambien las actuales para favorecer la compra de estos coches, por ejemplo con rebajas en el impuesto de rodaje o con plazas de aparcamiento específicas, entre otras posibles medidas.

El programa incluye también la instalación de puntos de recargas a través de "electrolineras", que permitirá a los usuarios disponer de una infraestructura de este tipo en un radio de 35 kilómetros.

La Diputación espera que se incentive la presencia de este tipo de vehículos en la provincia, territorio donde se han matriculado hasta septiembre de este año solo 17 de las 3.205 unidades registradas en todo el país en 2017.

Otro aspecto destacado de estos presupuestos es la iniciativa de recuperación de la villa romana de La Cocosa, que en una primera fase sirve para la limpieza de los estratos depositados desde que salieron a la luz los restos en 1948, para continuar después con un proyecto de consolidación a través de las modernas técnicas con las que hoy se cuenta.