El aparcamiento de la discoteca Riviera finalmente no acogió un macrobotellón y la noche del sábado transcurrió sin incidentes, según confirmó la Policía Local de Badajoz. El dispositivo policial integrado por agentes del cuerpo municipal, la Policía Nacional y la Guardia Civil, que realizó controles de alcoholemia en el entorno, evitó que la multitudinaria convocatoria que se preveía, de cuya ilegalidad había advertido el día anterior el ayuntamiento, no tuviera lugar. También los empresarios de la discoteca, según fuentes policiales, colaboraron para que el público no se concentrase a beber en el aparcamiento, con personal y carteles que informaban a los clientes de que no estaba permitido el botellón.

Los jóvenes se concentraron en dos de las zonas autorizadas para este tipo de reuniones: el Nuevo Vivero y Caya y hasta las 3 de la madrugada la afluencia a la discoteca no fue masiva. Las farolas de la carretera desde la rotonda de Llera hasta la altura de la discoteca permanecieron apagadas, aunque la policía no tenía conocimiento de que se hubiera hecho a propósito y apuntó a una posible avería.