Jamás de los jamases habría calculado que la jugada le podría salir tan bien. Tanto le favoreció el resultado que ha decidido hacerse el harakiri y convocar una segunda parte de la Comisión de Medio Ambiente, para seguir ahondado en el cumplimiento del contrato de limpieza por parte de la concesionaria, la empresa FCC.

El alcalde, Francisco Javier Fragoso, se ausentó en la última parte de la comisión celebrada el lunes, porque ese día visitaba la ciudad la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría. Ojiplático se quedaría cuando le contaron cómo se había desenvuelto finalmente la reunión. Ya el concejal socialista Fernando Carmona sorprendió en su primera intervención, en la que se desvaneció el posicionamiento crítico que su grupo había mantenido los últimos días, meses, años y legislaturas. Carmona quiso dejar claro que ellos nunca habían puesto en cuestión el buen hacer de los funcionarios municipales que se encargan de comprobar que FCC cumple el contrato, a pesar de que pocos días antes, su portavoz, Ricardo Cabezas, había dicho textualmente, cuando compareció con los otros dos portavoces de la oposición, con los que había hecho frente común en este asunto, que no había control por parte del ayuntamiento. Donde el PSOE dijo digo ahora dice Diego. Sorprendente.

Más sorprendió aún cuando al finalizar la comisión, tras cinco horas en las que comparecieron el funcionario jefe de servicio de inspección y tres responsables de la empresa FCC, Carmona manifestó, con toda la calma que lo caracteriza y su gran capacidad comunicadora, que estaba satisfecho con todas las explicaciones que había escuchado, que ya lo tenía todo claro y que, por parte de su grupo, no creían necesaria la convocatoria de una comisión de investigación, que precisamente auspició el PSOE, que había venido reclamando, hasta ese día, que también había que escuchar a los trabajadores.

Seguro que Fragoso no se podía creer lo que le estaban contando: ¿Que el grupo socialista se marcha satisfecho de la comisión y no cree necesaria que se reúna otra de investigación?. ¿El PSOE satisfecho con la información que ha recibido avalada por el equipo de gobierno? Imposible. La operación le había salido redonda. No sólo puede presumir de transparencia, sino de que ha sabido convencer al hueso más duro de roer de la oposición, del que ha obtenido pocos apoyos en lo que va de legislatura. La pregunta a la salida de la comisión era: ¿Ha recibido alguna llamada el PSOE que ha hecho que cambie tan drásticamente de parecer?

Ahí no quedó todo. Carmona siguió en sus trece, insistió en su postura y llegó a reconocer, en declaraciones a este diario, que se equivocaron, que su portavoz se dejó obnubilar por el ímpetu del portavoz de Ciudadanos, Luis García-Borruel, y los lamentos que llegaban desde los sindicatos, en plena negociación del convenio colectivo con la empresa y con una amenaza de huelga de por medio. Dijo que en el grupo municipal hay concejales con conocimientos contrastados que, tras estudiar el contrato de FCC, han comprobado que no hay nada raro detrás y que, si lo hay, no se puede demostrar en una comisión informativa.

A Fragoso se lo han puesto en bandeja. No sólo se ha producido una ruptura de posicionamientos dentro del grupo mayoritario de la oposición, sino que la imagen que deja tras de sí es la de un alcalde que no tiene nada que esconder. Para rematar la jugada, acepta que haya una segunda parte, a propuesta suya, en la que comparezca el presidente del comité de empresa. Cuenta además con el desparpajo de su osado jefe de servicio, que no se deja amedrentar por la bancada política. Ya lo ha hecho una vez y parecía que llevaba toda la vida delante de un micrófono.