Un militar en la reserva, de 68 años, que vivía en la residencia Las Gravelinas, y un suboficial de Valladolid, de 41, que se encontraba de paso, permanecen hospitalizados, ambos en estado grave por haber contraído la legionella. El primero se halla internado en Clideba y el segundo sigue en la UCI del Hospital Infanta Cristina con pronóstico reservado, según confirmaron fuentes militares y el propio consejero de Sanidad, José María Vergeles. El consejero hizo una llamada a la calma, pues "no hay riesgo de contagio para los vecinos, al no haber torreta de refrigeración en el edificio", y consideró "bastante improbable" que se registren nuevos casos.

El consejero señaló en rueda de prensa ayer, en Mérida, que no debe cundir la alarma en el entorno de la residencia, ni en la ciudad, tras haberse detectado los pasados días 14 y 15 de junio dos afectados por la bacteria, luego localizada en los conductos de agua caliente del edificio, que han sido clausurados.

Según la Base de Bótoa, nada más conocerse la situación el Instituto de Medicina Preventiva de Defensa puso en marcha el protocolo existente colaborando la autoridad sanitaria, la Consejería de Salud de la Junta de Extremadura.

Los afectados son dos varones "con múltiples enfermedades", un residente mayor y un suboficial que se encontraba de paso en Badajoz para realizar labores de mantenimiento entre los vehículos acorazados de la base de Bótoa, procedente del equipo de mantenimiento con sede en Valladolid, según ha podido saber este diario.

La residencia ha pasado normalmente las inspecciones del plan de control de la legionella, que se realiza de forma periódica en todas las instalaciones de la base General Menacho y sus dependencias. La última fue en mayo pasado y el resultado fue negativo, explicaron fuentes de Bótoa, así como que las instalaciones están cerradas, aunque ayer permanecían en ella su director y parte del personal.

DIAGNOSTICO PRECOZ Los residentes, 40, fueron desalojados, y de ellos, ocho han sido acogidos en Bótoa, mientras que el resto se ha alojado por su cuenta. Todos ellos fueron sometidos a pruebas de diagnóstico precoz con análisis de orina y sangre para descartar más contagios.

Hasta el momento se han efectuado análisis en todas las instalaciones del edificio, habiéndose localizado la bacteria en los conductos de agua caliente, y se está a la espera de conocer los resultados, explicó Sanidad.

Vergeles quiso transmitir un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía ante este brote de legionella, una bacteria que se transmite fundamentalmente por el vapor de agua, dado que la residencia carece de torre de refrigeración, por lo que las probabilidades de que haya salido de la residencia son "remotísimas". Y aclaró que no se ha declarado ningún otro caso.

No obstante y dado que aún no ha transcurrido el periodo de incubación, no se puede descartar que haya algún otro caso, que sin embargo, consideró el consejero "bastante improbable teniendo en cuenta el volumen de gérmenes han proliferado en este tiempo".

Vergeles dio cuenta de las medidas adoptadas en coordinación con la Dirección de Salud Pública del SES y el Instituto de Medicina Preventiva de Defensa desde que se detectó la bacteria y se comunicaron los dos casos de legionella en pacientes de la institución militar, que se encuentra en la avenida Fernando Calzadilla, en el centro de Badajoz.

Vergeles insistió en que "no hay posibilidad de transmisión" a los vecinos de Badajoz que viven cerca de la residencia de militar, una "posibilidad absolutamente descartada" al no contar con torre de refrigeración. Asimismo, confirmó que estas dependencias contaban con los protocolos preventivos actualizados.

MUESTRAS AL LABORATORIO Sanidad ha tomado muestras en el interior de la residencia, concretamente en las siete habitaciones con la que más contacto mantienen los dos infectados, en los acumuladores de agua caliente y fría, y en el sistema de conducción de agua.

No obstante, y pese a que los resultados definitivos no se conocerán hasta dentro de 15 días, los datos provisionales apuntan a que el foco se encuentra en las conducciones de agua caliente, por lo que se ha procedido al tratamiento con cloro de las mismas. Tras ello se han tomado nuevas muestras cuyos resultados aún están pendientes de conocerse. Además se ha realizado una limpieza a fondo del todas las dependencias.

Al cierre de esta edición, se estaba a la espera de conocer la evolución de los tratamientos administrados a los pacientes.