Dos encapuchados atracaron el sábado por la noche la estación de servicio Repsol en el kilómetro 3,3 de la carretera de Sevilla después de amenazar a un menor apuntándole con un arma en la sien y de disparar al empleado de la gasolinera con una escopeta de balines, causándole una herida en un muslo.

Los hechos ocurrieron sobre las once de la noche, cuando el empleado --de poco más de 50 años y nacionalidad portuguesa-- estaba a punto de cerrar y marcharse a casa con su compañera sentimental y el hijo de 6 años de ésta, que esperaban por él en la gasolinera. Según contó la víctima a las personas que le asistieron tras el suceso, dos hombres con el rostro cubierto y capuchas accedieron al interior de la tienda, provenientes de las traseras de la estación, donde habrían estado esperando a la hora del cierre. Una vez dentro, apuntaron al pequeño en la cabeza con un arma y ante la reacción del trabajador, le dispararon a él. El hombre fue atendido en el hospital y ayer por la mañana recibió el alta médica.

Los ladrones, según la responsable de la gasolinera, lograron apoderarse de 200 euros de la caja antes de huir campo a través. Además se llevaron el bolso de la mujer.

Javier Soriano, dueño del bar situado justo al lado de la gasolinera, relató ayer que un grupo de clientes que se encontraban fumando en la terraza del establecimiento oyeron gritar al empleado y que su reacción fue salir tras los atracadores. Estos al verse perseguidos dispararon al menos dos tiros al aire cuando cruzaban la carretera, por lo que los clientes dieron marcha atrás y se refugiaron en el bar. "Se vieron dos llamaradas", describió. Tras avisar a la policía, fueron a la gasolinera a auxiliar al empleado que "estaba totalmente aterrado, sobre todo por lo que había pasado con el crío pequeño".

Varias patrullas de la Policía Nacional acudieron a lugar de los hechos en menos de cinco minutos, pero no consiguieron dar con los ladrones. Ayer por la mañana, funcionarios de este cuerpo continuaban realizando pesquisas en la gasolinera y alrededores, a la espera de que le lleguen las imágenes de la cámara de seguridad de la estación de servicio. Su responsable explicó que se graban en un disco duro, por lo que es necesario que un técnico las extraiga.

La víctima trabaja los fines de semana en esta gasolinera desde hace más de 3 años. Anteriormente la estación de servicio ha sufrido algunos robos, "pero nunca tan grave como este", aseguró su responsable.