El Economato Social Ciudad de Badajoz, que funciona en El Nevero, sigue abierto para atender a familias con dificultades económicas facilitándoles productos de primera necesidad a precios más reducidos, que en estos momentos benefician a un centenar de hogares. Pero hay otros cien en lista de espera y la responsable, Mercedes Arias, calcula que la actual crisis conllevará un incremento de solicitudes de familias que previsiblemente necesiten ayuda debido a que han visto mermados sus ingresos. Arias apunta que son familias «que no se han visto en otra» y que no irán directamente a los comedores sociales, cuya encomiable labor destaca, pero señala que son personas que no van a acudir a la caridad, sino que buscarán una solución «intermedia», como es el economato.

El problema es que «no tenemos recursos para atender a ni una sola familia más», señala la responsable, quien traslada su «impotencia» por «no poder hacer absolutamente nada, no tenemos ingresos para afrontar lo que nos va a venir».

El economato recibe ayuda de la Junta de Extremadura, que permite su «mantenimiento». Antes de la crisis sanitaria su aportación se redujo a la mitad y este año ha sido de 20.000 euros (el año pasado fueron 40.000, lo que permitió aumentar los beneficiarios y las referencias de productos). El Ayuntamiento de Badajoz les concede 5.000 euros al año y la diputación 6.000 euros para la adquisición de alimentos aptos para intolerancias. Otro ingreso procede de la cuota de los colaboradores, 5 euros mensuales, que no llegan a pagar el alquiler, de 600 euros al mes, y menos el consumo eléctrico, que ronda los 300.

El economato abría antes dos días a la semana (martes y jueves), pero las circunstancias derivadas de la crisis del coronavirus han obligado a que solo pueda funcionar los martes. Se han reducido los voluntarios y ahora cuentan con una decena, entre cajeras, reponedores, los que realizan pedidos y quienes atienden a las familias. Como cualquier supermercado han adoptado medidas y disponen de mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico y todos los pedidos que entran se desinfectan.

Este año se mantendrán los beneficiarios y cuando cumplan un año entrarán otros de la lista de espera. Arias aduce que el economato es la única entidad en Badajoz que atienda «la pobreza moderada». Sus usuarios son de Badajoz, también de Talavera la Real y dos familias de Valverde de Leganés y de Almendralejo que tienen hijos con intolerancias alimentarias, pues el economato de Badajoz ofrece muchos productos sin gluten.

Poco antes de la crisis tenían en proyecto el Teleconomato, para atender a víctimas de violencia de género y personas con movilidad reducida, mediante pedidos por teléfono o telemáticos y una empresa de mensajería les acercaría las compras. Pero esta iniciativa no ha salido adelante porque no pueden atender ni siquiera a las familias en lista de espera. Además, ha tenido que presentar un Erte con las tres personas contratadas en el aparcamiento de la Fundación Dolores Bas, en la calle Joaquín Costa, que está cerrado y que eran usuarios del economato, los tres con discapacidad.

Mercedes Arias hace un llamamiento a «cualquiera que nos pueda ayudar», desde administraciones a entidades financieras o particulares.