A la Unidad de Trastornos Alimentarios del complejo hospitalario Infanta Cristina llegan pacientes de todas las edades, pues los hay con más de 50 años y el más jovencito tan sólo tiene 7, pero la media de edad es de 22,9 años. El prototipo son mujeres jóvenes, según cuenta el responsable de esta unidad, Francisco Vaz Leal.

La unidad lleva tres años funcionando, durante los cuales han sido atendidos 500 pacientes, con una media de 175 al año. Según explica Vaz Leal, existen dos trastornos fundamentales: la anorexia y la bulimia. El 50% de las personas diagnosticadas padece anorexia y el 30% buliminia. El 20% restante presentan otros tipos de trastornos, como aquellos que comen de forma compulsiva, pero luego no hacen nada por no engordar, obesos que van a operarse o personas que sufren vómitos.

Pero la anorexia sigue siendo la principal enfermedad. Las cifras se mantienen, aunque la existencia de una mayor información y por tanto, de una mayor concienciación, ha propiciado que estos pacientes lleguen antes a la consulta, pues los padres tardan menos en detectar el trastorno que sufren sus hijos.

La detección a tiempo es muy importante, según Vaz leal, porque resulta crucial para la efectividad del tratamiento.

Es importante tener en cuenta que esta enfermedad tiene cura, pues al final del año el 43% de los pacientes que habían iniciado el tratamiento habían sido dados de alta.

HOSPITALIZACION

También hay casos extremos que requieren hospitalización. El año pasado fueron derivadas 5 pacientes, que representan un 2% del total. Hay que tener en cuenta que la hospitalización no está cubierta en Badajoz y estos enfermos tienen que se trasladados a hospitales de fuera de la comunidad, aunque entre los planes del Servicio Extremeño de Salud está resolver la hospitalización infantil y juvenil en el Perpetuo Socorro. La unidad de Trastornos Alimentarios es ambulatoria.

El responsable de la unidad hace hincapié en que estas enfermedades no son nuevas e insiste en que las dietas son un factor de riesgo muy importante, que fundamentalmente hace mella en las adolescentes.