El Edificio Metálico que albergó el antiguo mercado de abastos de Badajoz y que se trasladó al campus pacense en 1997, reabrirá sus puertas al público el próximo día 19 de octubre, con motivo del acto de apertura de curso de la Universidad de Extremadura (UEx). Lo hará una vez finalizados los trabajos de rehabilitación, tras permanecer 15 años cerrado y en proceso de deterioro, como manifestó ayer el arquitecto autor del proyecto, Francisco Hipólito Ojalvo.

«La obra está prácticamente terminada, aunque aún hay gente rematando», afirmó el arquitecto, que añadió que «está acabado, lo que queda es colocar la cartelería. Y como ha llovido, están limpiando los cristales de nuevo, y el suelo, colocando las sillas y la cartelería; está todo listo».

Hipólito Ojalvo señaló que el edificio --obra de Tomás Brioso, construido en 1899--, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento desde el 2012, «tras más de tres lustros sin poder ser disfrutado, el equipo del rector, Segundo Píriz, lo pone en valor y acomete la rehabilitación que precisa para destinarlo a su uso como paraninfo de la universidad».

El proyecto de rehabilitación fue adjudicado a Construcciones Abreu SA, en 798.844 euros, en marzo pasado. El arquitecto explicó que «nos encontramos con que la estructura metálica ha sufrido desplazamientos, deformaciones, está corroída, tiene soldaduras incorrectas, con fisuras, que hace que la durabilidad del inmueble sea incierta».

Presentaba otras patologías «también de los elementos metálicos que estaban disgregados en hierro fundido». Y la estructura de hormigón de las once vigas centrales, «que son de grandes luces, tienen 10 metros de luz, de distancia libre; son vigas de canto, que tenían exceso de deformación», explicó Hipólito.

Además, presentaba problemas con las cargas de viento; y humedades, porque había «una cubrición de fibrocemento muy triste, y filtraciones en la uralita, aparte de que ahora está prohibido construir con este tipo de material, que estaba rota». También porque se cambió el sistema de bajantes de las aguas de lluvia en el traslado, que se hizo en 1977; «adoptaron otro tipo de bajantes y las aguas de lluvia ya no iban por dentro de los claritos de fundición como originalmente estaban en la plaza Alta, y eso supuso que hubiera más corrosión en los elementos metálicos», dijo.

En el interior, en el semisótano, se han generado aseos accesibles, almacén y un distribuidor. Y en la planta principal, señaló Francisco Hipólito, se ha hecho el paraninfo de la Uex; se ha sustituido «una carpintería de aluminio blanco y unos falsos techos que estaban muy feos, y se ha colocado ahora con vidrio a hueso, carpintería, un escenario nuevo, todo accesible». Así, se ha puesto en valor el edificio, «tanto para la comunidad universitaria como para la ciudad, pues con el edificio se incrementa el patrimonio arquitectónico de Badajoz».