Más de un centenar de personas entraron ayer en el edificio de la antigua Capitanía, sin uso desde el año 2000 y pendiente de que el Ministerio de Defensa lo dote de contenido. La visita estaba organizada por la Asociación Amigos de Badajoz para conocer las pinturas de Antonio Blanco Lon. Los visitantes solo pudieron acceder a las estancias donde están las pinturas: la entrada, el rellano del primer piso y el comedor de gala y prohibieron hacer fotos.

Varios militares ordenaban la visita. Entre ellos estaba Fernando Zaragoza, coronel de la unidad de servicios de Bótoa, quien a la pregunta sobre el uso del edificio, respondió que "está a disposición del ministerio". Lo cierto es que permanece vigilado día y noche.

La última información que Defensa ofreció sobre este inmueble data de julio del 2005, cuando Amigos de Badajoz denunció que se estaban llevando muebles y el ministerio respondió que iban al Centro de Historia y Cultura Militar de Valencia, mientras se negociaba el destino de este edificio, por el que ya hubo negociaciones con la diputación y con la universidad. El director del Museo de Bellas Artes, Román Hernández, que dirigía la visita, se preguntaba ayer por el futuro de este patrimonio y de las importantes obras que alberga.