En Extremadura, los casos que se denuncian y terminan por constatarse que son acoso escolar son muy pocos, pero suficientemente importante para que hayamos puesto en marcha un protocolo que antes no existía, por el que los centros conocen las acciones que deben realizar para determinar, ante una denuncia, si hay o no acoso. En este caso, el centro ha dado todos los pasos y se encontraban a punto de remitir el anexo 13, que es en el que el director determina si ha habido acoso, y las conclusiones que a las que llega el equipo de valoración es que no hay pruebas suficientes para determinar que hay un caso de acoso escolar». Así lo manifestó ayer la directora de Educación, Piedad Álvarez a este diario. Y señaló que también se ha informado a la Fiscalía Menores.

Álvarez hizo estas manifestaciones ante el caso dado a conocer por un medio regional, en el que los padres de una menor de 16 años del colegio Virgen de Guadalupe, denunciaron que su hija había dejado de asistir a clases y han solicitado su traslado porque la niña tiene temor ante el acoso al que se ha sentido sometida. Explicó la propia directora del centro, Antonia María Meléndez, que «el colegio no tuvo conocimiento del supuesto acoso hasta que se personaron los familiares de la menor el 1 de marzo. El 6 acudieron al centro y con ellos se inició el procedimiento ante posibles casos de acoso, que ellos mismos firmaron, lo que conlleva que las medidas fueron aceptadas y suponía que aunque los dos menores permanecieran en el mismo aula, siempre lo harían bajo la supervisión de un profesor, en clase y en el recreo». Y que se informó a la Inspección educativa. En el proceso se recabaron testimonios de seis menores, la tutora y varios profesores.

Meléndez afirma que «el colegio ha mantenido el contacto con la familia de la supuesta víctima y con la del supuesto acusado»; que se garantiza un entorno seguro a todos los miembros de la comunidad educativa; y que apuesta «por la prevención del acoso escolar con el compromiso de investigar siempre y aclarar la veracidad de cuanto proceda».

Álvarez insistió en que «no ha habido acoso escolar, en contra de lo que denuncian los padres. Hablamos de menores de edad, la presunta acosada con 16 baños y el presunto acosador con 14». Dijo que el centro ha puesto en marcha el protocolo «y la Fiscalía de Menores se ha puesto en comunicación con el centro, que le ha transmitido lo que habían observado».

Educación señaló que «no basta con abrir el protocolo, hay que determinar si existe un caso de acoso escolar, y se considera como tal cuando un alumno o alumna recibido continua y deliberado maltrato verbal, físico, o psicológico por uno o varios compañeros, que se comportan cruelmente con el objeto de someterlo, apocarlo, asustarlo y amenazarlo atentando contra su dignidad. Afortunadamente este protocolo no se activa todos los días, pero se hace cuando hay una denuncia, porque un caso es muy importante y debe ser tenido en cuenta».